El Gerente del Grupo, Joaquín Luna, destaca como estos meses son de intenso trabajo, pues hay que satisfacer las necesidades alimentarias de los cerdos para su óptimo engorde, y además hay que cuidar y mimar la nueva generación de lechones que llenarán las dehesas extremeñas.
Así, durante estos meses, la única ocupación de los cerdos es comer y dormir, además de descansar y pastar por estos parajes.
Desde el Grupo Joaquín Luna se está plenamente convencido de que el alma de buena transformación cárnica se encuentra en la dehesa, pues sólo trabajando para garantizar la cría y engorde se puede ofrecer el mejor producto.
Ese ha sido el motor, por el cual desde hace unos años dieron el salto cualitativo para producir sus propios cerdos, criados y alimentados entre encinas, pastando y deleitándose con las mejores montaneras, sólo así se puede conseguir ofrecer al consumir un auténtico producto gourmet.