La subida se produce al mismo tiempo que el aumento sustancial del impuesto de Sociedades. El efecto conjunto de ambas medidas se trasladará a la población mediante el encarecimiento de los productos y servicios que consume. Pero además, esta subida es contraproducente para la creación de empleo, ya que el SMI expulsa del mercado laboral a los trabajadores que no logran producir por el valor exigido por el gobierno. Al mantenerse el desempleo y dificultarse el acceso a un puesto de trabajo, subirá el coste de las políticas sociales y disminuirá la actividad económica, por lo que un número descendente de contribuyentes tendrá que hacer frente a un Estado cada vez más costoso.
La UC recuerda que algunos de los países más prósperos de Europa, y particularmente los de Escandinavia, carecen de salario mínimo obligatorio por ley, y sin embargo disfrutan de salarios medios mucho más elevados que los españoles. La salida de nuestro problema estructural de desempleo, que encarece fuertemente la factura tributaria de empresas y particulares, no puede encontrarse en medidas restrictivas como el SMI sino en una profunda desregulación del mercado de trabajo, en la reducción de los impuestos y cotizaciones que pesan sobre el trabajador y sobre su empresa, y en la modernización del sistema previsional, particularmente mediante la implantación real de la llamada “mochila austriaca”.
El Presidente de la Unión de Contribuyentes, Juan Pina, ha señalado este viernes que “un salario es en realidad un tipo concreto de precio, y los precios no puede fijarlos el gobierno porque se forman de manera natural al cruzarse oferta y demanda”. “El SMI parece una medida favorable a los trabajadores, pero en realidad fomenta cruelmente la dualidad laboral y deja sin oportunidades de trabajo a millones de trabajadores incapaces de producir el valor exigido”, ha añadido.