Xixona sigue siendo la cuna del turrón. La Navidad es una época del año que muchas PYMES marcan en su calendario como clave, porque supone su mayor facturación.
Aunque se trate de que el consumo se produzca también en otras estaciones, es durante las Navidades cuando se celebran ferias que año a año además de convertirse en un escaparate perfecto, se consolidan.
Es el caso de la Feria de Navidad ubicada en Xixona, que ya va por su octava edición. Con ella han logrado no sólo publicitar sus turrones y dulces sino convertir en un ritual para los asistentes.
Visitar la feria es la excusa para comprar los dulces que consumirán durante las fiestas.
Por ello, talleres, exposiciones, visitas guiadas por el casco antiguo..., forman parte de este evento para que la experiencia de compra sea más atractiva para todos los públicos.
Han convertido lo que comenzó como una mera exposición de los productos de la tierra, en una fiesta no marcada en el calendario. Demostrando que la unión hace la fuerza y que al cliente hay que sorprenderlo cada año. En esta ocasión con demostraciones gastronómicas de la mano de concursantes de un conocido programa de cocina.
El contenido de este comunicado fue publicado primero en la página web de Pymes y Autonomos