Los italianos y los suizos son los europeos que más invierten en cuidar su imagen, son los más atrevidos y sus gustos marcan tendencia. A la hora de comprar calzado desembolsan 600 euros de media en cada pedido, lo que equivale al gasto de un español en un año, si bien compran con menor frecuencia. Los españoles gastan menos por pedido pero compran dos o tres veces al año, con un desembolso de 340 euros anuales por término medio.
Los ciudadanos rusos, japoneses y árabes son consumidores exigentes que se dejan seducir por los productos artesanales, de alta calidad y muy confortables. Estos compradores encuentran en el calzado un elemento diferenciador que les ayuda a marcar su estatus en sociedades que tradicionalmente han vestido de manera bastante uniforme.
Los datos, extraídos de un análisis de 50.000 pedidos online enviados a 90 países por la empresa española de calzado para aumentar la altura Masaltos.com en los tres últimos años, arrojan resultados curiosos sobre los gustos y comportamientos masculinos en sus compras por Internet y permiten conocer, por ejemplo, que el periodo de Navidad es el de mayores compras de todo el año.
Los rusos se sienten particularmente atraídos por el lujo y la exclusividad. Los más caprichosos y exquisitos buscan productos únicos y no tienen inconveniente en gastarse hasta 2.000 euros en un par de zapatos a medida adornados con circonitas. Entre estos clientes que buscan ser hasta 7 centímetros más altos es común comprar hasta 10 pares de una sola vez. Son probablemente miembros de la nueva clase adinerada en Rusia, que disfrutan con la moda europea pero siguen encontrando trabas burocráticas y retrasos para recibir sus pedidos electrónicos.
Los españoles son –junto a los italianos –quienes más cambian de gustos según la época del año: mocasines y calzado claro e informal en verano y zapatos oscuros y con cordones en invierno. En el otro extremo están los japoneses y los árabes que, cuando encuentran un zapato que les gusta, se llevan varios pares iguales o incluso el mismo modelo en diferentes colores.
Estas son algunas de las conclusiones más llamativas del estudio:
Los italianos y franceses son los más atrevidos, se prestan a experimentar y por eso marcan estilo.
Suizos e italianos desembolsan 600 euros por una compra anual, el doble que los españoles en el mismo periodo.
Los japoneses odian cualquier cosa que huela a imitación y buscan productos que les hagan diferentes.
Los árabes buscan comodidad y ostentación. Compran pocas veces y, si les gusta un modelo, se lo llevan en varios colores.
Los ingleses y los españoles son los compradores más habituales, confían en el comercio electrónico y hacen varios pedidos al año.
Los modelos más vendidos: zapatos negros y con cordones.
Los alemanes son adictos al calzado abotinado y las suelas de goma.
Los italianos adoran las hebillas y los brillos y son los que más gastan en productos de limpieza y cuidado.
Los americanos son los consumidores con los pies más grandes: de media calzan un 43.
“Resulta sorprendente ver cómo crean tendencia los clientes italianos y franceses”, apunta Antonio Fagundo, director general de Masaltos.com. “Tenemos comprobado que, cuando un modelo se vende bien en estos países, a los pocos meses nos empiezan a entrar pedidos masivos de los principales países europeos.”