Las carnicerías Muñagorri de Tolosa; Txantxitxu de Oñati; Acebo de Vitoria-Gasteiz; y Fernández Terreros de Muskiz han sido las pioneras en adaptarse al nuevo modelo de carnicerías Basque Label Harategiak, la nueva marca que agrupará a los establecimientos que comercializan carne de calidad de vacuno nacido, criado y sacrificado en el País Vasco.
En las próximas semanas está previsto definir cómo deben adaptarse a este modelo los establecimientos cárnicos de Bilbao, Getxo, Donostia, Arrasasate, Zizurkil, Villabona, Tolosa o Vitoria.
La puesta en marcha de la marca Basque Label Harategiak se inscribe dentro de la "Estrategia para el Impulso de la producción y Comercialización de Carne de vacuno producida en Euskadi", iniciativa enmarcada en la política que viene desarrollando el Gobierno vasco para avanzar en la competitividad del sector primario y vincular los diferentes eslabones de la cadena de valor.
La consultora bilbaína Flow, especializada en el sector comercial, está desarrollando de la mano de Hazi el proyecto con el objetivo de atraer nuevos clientes y fidelizar a los actuales consumidores de productos Euskal Okela y Eusko Label en las carnicerías adscritas a la red, que suman en la actualidad más de 150 establecimientos.
En la primera fase del proyecto, Flow analizó las principales causas por las que estas carnicerías con productos de primera calidad reducían paulatinamente su negocio.
La falta de atractivo en los escaparates, las promociones, decoración interior; la ausencia de autoservicio; la percepción de precio elevado; la labor del carnicero que se quedaba oculta; proceso de compra largo; o el embalaje poco atractivo y práctico son algunos de los aspectos mejorables.
Flow ha elaborado un manual para la red de carnicerías de la nueva marca Basque Label Harategiak en el que identifica los dos clientes objetivo. El actual, que es el de una persona de edad, con presupuesto, conocimientos de cocina y tiempo para ello. Sin embargo, el reto es captar al nuevo consumidor, un público más joven, con poco tiempo, inferior conocimiento de cocina y menor presupuesto de compra, y que no persigue que le despachen productos, sino que espera que le ofrezcan soluciones que le hagan más fácil su vida y la de su familia.
El manual de Flow establece un modelo de atención para los clientes que posibilite una mayor rapidez y comodidad en el proceso de compra, un asesoramiento personalizado, ambiente de compra agradable, ausencia de colas, aglomeraciones, etc.
Flow ha diseñado un espacio y unos elementos de comunicación, exposición y venta innovadores en el sector para esta red de carnicerías, además de redefinir los roles del personal en tienda y de crear un cuadro de mando con unos indicadores clave para vigilar el correcto funcionamiento del negocio. Así podrá medirse a lo largo del desarrollo del proyecto si la experiencia del cliente se ajusta al plan diseñado, e introducir modificaciones para adaptarse a las necesidades del mercado.