Motor

Volkswagen Scirocco 2.0 TDI 184 CV DSG

Un nombre de los 70, con la tecnología del siglo XXI

Mariano García Viana | Martes 15 de diciembre de 2015

Hace 41 años, allá por 1974, Volkswagen lanzó al mercado un moderno coupé que sustituyó al ya desfasado Karmann, el Scirocco y que se mantuvo en producción hasta 1981, año en el que vió la luz la segunda generación del mismo, del que se vendieron algo más de 291.000 unidades hasta 1992, año en el que cesó la producción y el nombre de Scirocco desapareció del catálogo de Volkswagen, al ser sustituido por el Corrado.



Desde 2006 la tercera generación del Scirocco se comercializa con éxito y más desde hace unos meses que se realizó un acertado restyling que ha hecho todavía más atractivo el modelo. Estos “retoques” están centrados sobre todo en la adopción del paquete R-line con el que vienen equipados los Scirocco actuales y que afectan sobre todo a los más dimensionados paragolpes de nuevo diseño, los igualmente los grupos ópticos están más dimensionados a base de leds y los faros disponen igualmente de esa tecnología. Con todo ello, el coupé ya de por sí con un diseño agresivo y juvenil, toma un aspecto sumamente atractivo, a lo que también contribuyen las bonitas llantas de 19”.

El interior también ha recibido algunas mejoras que sobre todo están orientadas a hacer más deportivo el aspecto, es decir en consonancia con la carrocería. Nada más abrir las puertas, lo que más notorio parece, además de los asientos, de los que hablaremos más adelante, es sin lugar a dudas el grupo de indicadores que coronan el salpicadero, al estilo de los clásicos deportivos de los 70. En esa “capilla” los tres relojes informan sobre la presión del turbocompresor y la temperatura del aceite, más un cronómetro para “las pruebas deportivas”. El salpicadero en general es muy alemán, es decir, sencillo de diseño, sin grandes concesiones a la creatividad, pero muy bien terminado y con una alta calidad de los materiales empleados. Del centro de él “cuelga” la consola que contiene la gran pantalla digital multiusos y bajo ella los interruptores auxiliares y más abajo los mandos de climatizador bizona. El cuadro en sí está dominado por los dos grandes relojes habituales, de cuentavueltas y velocímetro y en el centro la útil pantalla que refleja las distintas funciones del ordenador y los útiles guarismos de la velocidad a la que se circula.

Hemos mencionado unas líneas arriba los asientos y merece la pena insistir sobre ellos, ya que además de su impecable aspecto deportivo, con grandes pétalos laterales, para sujetar perfectamente el cuerpo, están hechos de tela y piel y adornados con líneas y costuras de distinto color. El volante, también forrado en piel, igualmente tiene el mismo aspecto deportivo con la parte baja plana. La concepción del coche es la de un 2+2, pues las plazas traseras, aun siendo relativamente confortables, no se puede decir que sean espaciosas y más adecuadas para viajes cortos. El maletero, con una boca de carga algo incómoda por la altura debido al generoso paragolpes, tiene una capacidad de 312 litros. Pero se puede ampliar nada menos que hasta los 1.006 litros si se pliega el respaldo trasero.

El equipamiento del Scirocco es muy completo, tanto en elementos de seguridad y ayuda a la conducción como en los de confort. Son de destacar, por su más exclusiva utilización, el Blis de ángulo muerto en los retrovisores exteriores, avisador de cambio de carril, cámara trasera, calefacción en los asientos…..

La versión probada estaba equipada con el diesel más potente de la gama, es decir el TDI de dos litros y 184 CV entre 3.500 y las 4.000 r.p.m. y que proporciona un par de 380m Nm entre 1.750 y 3.250 r.p.m. Una motorización que tiene una de sus más notables cualidades en su excelente relación entre consumo y prestaciones, ya que su carácter es realmente deportivo y parece más un buen gasolina que un diesel, mientras que si se comporta como tal consiguiendo un consumo medio de 4,4 litros. Como decimos las prestaciones son realmente brillantes, llegando la velocidad máxima a los 230 kms/h y la aceleración de 0 a 100 kms/h, se sitúa en los 7,5 segundos. El sonido del motor, descontando la situación en frío que, como todos los diesel es cuando más se deja notar, apenas se deja oir en el habitáculo en cuando se emprende la marcha y si se apuran las velocidades el sonido que nos llega es el del escape, en el cual se ha trabajado para que tenga un resultado sonoro más deportivo, como corresponde al diseño coupé y el carácter del coche. Como es de suponer, el mencionado motor, está equipado con lo último aportado por la tecnología diesel, es decir, inyección directa, common rail, 2 árboles de levas en culata, turbo de geometría variable e intercooler, contando además con el sistema Star&stop, para ahorrar combustible en las paradas, así como recuperador de la energía de frenado.

Acompañándole, en la unidad probada, disfrutábamos de una caja de cambios automática DSG de 6 relaciones. Y decimos “disfrutar” porque, como en otras ocasiones en distintos modelos del Grupo, su funcionamiento es perfecto, ya que las velocidades se adaptan perfectamente a lo que se espera de un motor tan brillante. Su engranaje apenas se deja sentir, ya sea en una conducción “económica”, como en la sport y además al contar con las levas se puede manejar a gusto del conductor, aunque en honor a la verdad, una vez probadas éstas, se olvida uno del cambio dado su eficaz funcionamiento.

Como también es fácil de adivinar, conducir el Scirocco es sumamente fácil pues se muestra dócil y ágil en cualquier tipo de carretera y transmitiendo un nivel de seguridad encomiable. Con un típico sistema McPherson, más barra estabilizadora, en el tren delantero y un paralelogramo deformable, más su correspondiente barra, en el trasero, a lo que también hay que sumar un centro de gravedad bajo y una dirección de asistencia eléctrica variable muy rápida, hacen que el coche vaya literalmente pegado al suelo, aunque la velocidad de paso en curva sea rápido. Como además los asientos sujetan perfectamente el cuerpo, el conductor que quiera realmente disfrutar de las prestaciones del Scirocco, se sentirá como unido a él formando un todo, por muchos virajes que se sucedan. En el uso cotidiano lo único que se echa de menos es quizás la visión trasera debido a la altura de la luneta, pero desde luego es un problema menor.


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