Para crear un nuevo color son necesarios tres años de trabajo y, en la planta de Martorell, se utilizan un total de 6,4 millones de litros de pintura al año; una cantidad con la que se podría pintar hasta 100 veces la Torre Eiffel. Más de 900 ingenieros trabajan en el Centro Técnico donde se desarrollan los modelos y donde se realizan más de 55.000 simulaciones anuales para garantizar la seguridad y el confort dentro de los vehículos. Se llevan a cabo cerca de 400 test olfativos y táctiles anuales que confirman que los materiales del interior del vehículo son agradables para los futuros clientes.
Antes de salir a la venta, medio centenar de ingenieros testan los prototipos poniendo al límite los modelos y rodando más de 1.200.000 kilómetros al año en desiertos y carreteras heladas en pruebas de conducción como el Summer y Winter test, respectivamente. En los talleres, más de 2.000 robots se ponen en acción y se ensamblan las más de 3.000 piezas que forman parte del coche. Una vez finalizado todo el proceso, el 80% de la producción se exportará a los 75 países en los que SEAT está presente.