Así lo desvela una infografía realizada por Europair, el bróker aéreo de referencia en el país. El estudio registra los 90 años de actividad histórica de las aerolíneas españolas teniendo en cuenta las principales compañías de transporte aéreo de pasajeros y que han marcado una época de la industria.
“La creación de una aerolínea exige dedicación, capital tanto económico como humano y una buena dosis de ilusión. Se trata de un proyecto relativamente asequible,lo verdaderamente titánico, sobre todo a la vista de los datos, es conseguir sobrevivir y sustentarse en ‘el aire’.Mantener una aerolínea activa no es tarea fácil. Acechan múltiples factoresvariables como la fluctuación del precio del combustible, terrorismo, catástrofes naturales y un sinfín de amenazas de todo tipo”, explica Luis Matera, del departamento de Business Intelligencede Europair.
Consecuencias por el cierre de aerolíneas
Existen casos en los que el proyecto, desde su nacimiento, aterriza en el sector con carencias.Las distintas administraciones y regulaciones no parecen detectar y prevenir estas deficiencias que irremediablemente finalizan con la desaparición de la aerolínea de manera más o menos abrupta, pero siempre dejando tras de sí todo tipo de consecuencias a los usuarios y pasajeros.
“Resulta evidente la necesidad de permanecer alerta para no verse afectado como usuario y entender que no siempre lo más atractivo, bien sea por precio, imagen, reputación o visibilidad tiene por qué coincidir con lo más fiable y seguro. Máxime cuando se trata de un avión fletado específicamente para cubrir las necesidades de un cliente, es decir,de un vuelo a medida. Esto generalmente se gestiona anticipadamente y la fiabilidad de la aerolínea, o por lo menos la del proveedor que nos la ofrece, se convierte en un elemento fundamental”, asegura Matera.
En toda la historia de la aviación española, un total de 63 aerolíneas (el 79%) han cesado su actividad a causa de diversas razones. Atendiendo a las extintas, la media de vida total es de aproximadamente 8 años. Sin embargo, si estudiamos esa media desde la década de los ochenta, desciende a 6. Si realizamos el mismo ejercicio desde el inicio del año 2000, la media baja a 4. Y desde el 2006 sigue descendiendo, hasta alcanzar aproximadamente los 3 años de vida media hasta su cierre.
Un poco de historia
Es difícil encontrar aerolíneas que sigan activas y hayan alcanzado la edad adulta. Iberia este año cumple 90 años y se consolida como la aerolínea de más antigüedad en nuestro país. La Canaria NAYSA, con 48 años de edad, seguido de la mallorquina Air Europa y la madrileña Swiftair cumplirán 31 años de edad. Binter Canarias, Air Nostrum y Aeronova (futura Air Europa Express) son las otras aerolíneas jóvenes españolas, con 28, 23 y 21 años respectivamente. Hay que avanzar hasta más allá del año 2000 para llegar a la fundación de Vueling, Albastar o Volotea, entre otras, aerolíneas adolescentes en la historia de la aviación española.
También hay que recordar importantes aerolíneas que se quedaron por el camino, como Aviaco, Spantax o Spanair. No fueron las únicas. Otras –más modestas en flota y volumen de rutas– también se vieron afectadas por distintas crisis y no fueron capaces de remontar el vuelo.
Hasta la fecha hemos visto nacer un total de 80 aerolíneas con bandera española, pero solamente 17 de ellas, permanecen activas a día de hoy. Además de las mencionadas, se mantienen operativas 3 que nacieron en los años ochenta, otras 3 en los noventa y 5 más entre 2003 y 2011 para terminar con 4 nuevos actores desde el 2011.
Afortunadamente, en los últimos años están proliferando nuevas aerolíneas nacionales (de bajo coste, filiales, incluso largo radio) que se embarcan en la aventura de la aviación y el transporte de pasajeros.
Pero, ¿qué ocurre en el resto de países? ¿Es nuestra ratio especialmente bajo comparado con otros países europeos? La segunda parte del estudio se centrará en analizarlo.