Y es que en la marca nipona sigue OMOTENASHI, el concepto japonés para conseguir la hospitalidad más pura, en su servicio al cliente. Así puede verse, tanto en sus instalaciones, donde los suelos están pensados para mostrar los bajos de los coches sin esfuerzo para su visitante, como una sala de espera chill – out donde relajarse con la más alta tecnología, o el trato de los asesores comerciales, que se desviven por sorprender a sus visitas y anticiparse a sus necesidades en infinitud de detalles…
Y todo ello sucede desde el momento en que un cliente entra al concesionario, hasta que se va con su Nuevo Lexus, impactado por una entrega totalmente espectacular. Como dice Inma Shara, casi al comienzo de la trama: “Sin excelencia no hay armonía”. Y sin armonía, no hay calidad, pasión y, en definitiva, no es Lexus.