El pasado mes de diciembre Grupo ASE hizo llegar su estudio “Precios de la Electricidad y Competitividad Empresarial” al Ministerio de Energía y a todas las autoridades vinculadas al sector eléctrico español. El documento cobra actualidad ante los elevados precios de la electricidad. Se escuchan multitud de propuestas. La mayoría, pese a sus buenas intenciones, carecen de enfoque técnico y de medidas realistas y concretas.
Ni subvenciones ni ayudas
“Planteamos medidas técnicas razonables para que el sistema eléctrico sea sostenible a largo plazo”, según expone Ramón López, gerente de Grupo ASE, quien también aclara que “no se trata de subvenciones ni ayudas, sino de ordenar de forma adecuada las relaciones entre todos los agentes que usan las redes de transmisión de electricidad”.
Adoptar estas medidas mejoraría la competitividad de las empresas españolas ya que, de acuerdo a López, “liquidar en función del coeficiente de utilización de la potencia contratada afecta a dos decisiones del consumidor: incrementar su eficiencia o aumentar su generación para consumo propio”, una opción actualmente discriminada.
En su opinión, “la normativa regulatoria es muy compleja y contiene contradicciones e incoherencias que lastran la competitividad empresarial y afectan negativamente al conjunto de la economía”.
Decálogo de medidas
Una de las modificaciones más relevantes sería la del “modelo de tarifas de acceso, tanto para alta tensión como para baja tensión, puesto que afectaría a casi 29 millones de consumidores. Su impacto económico se traduciría en una reducción de los precios por el suministro completo de electricidad a aquellos consumidores que realizan un consumo eficiente en función de la potencia contratada, frente a un incremento para quienes mantienen sus instalaciones ociosas.
Ejemplo de ello serían las segundas viviendas vacacionales: “¿Por qué tenemos que pagar entre todos el mantenimiento de unos suministros que permanecen inactivos la mayor parte del año?, se pregunta el gerente de Grupo ASE.