Por primera vez en sus 89 años de historia, en el mes de mayo colocaron una emisión de bonos por valor de 500 millones de euros entre un grupo de inversores institucionales internacionales, seguida por otra emisión de bonos en noviembre, por valor de 3.000 millones de coronas suecas, colocada entre inversores suecos. En diciembre, recaudó otros 5.000 millones de coronas suecas tras la venta de acciones a tres importantes instituciones financieras suecas. Estos movimientos subrayan el creciente interés que los inversionistas internacionales están mostrando por Volvo Cars y hacen que la empresa se adapte a las buenas prácticas globales al diversificar sus fuentes de capital. En el aspecto operativo, Volvo Cars completó el lanzamiento de los vehículos de gama alta de la serie 90 durante 2016, volviendo a posicionar la marca como un auténtico competidor en el segmento premium. En 2016, Volvo Cars también anunció dos nuevas e importantes alianzas que refuerzan su posición de liderazgo en las áreas de la conducción autónoma, la conectividad y la seguridad.
En agosto unió fuerzas con Uber, una empresa de movilidad compartida, para desarrollar conjuntamente la siguiente generación de vehículos de conducción autónoma. En septiembre anunció su intención de crear una nueva sociedad conjunta con Autoliv, líder mundial en sistemas de seguridad para automóviles, para desarrollar software de conducción autónoma: es la primera vez que un fabricante de vehículos premium se alía con un proveedor de primer nivel para desarrollar nuevos sistemas avanzados de ayuda al conductor (ADAS, por sus siglas en inglés) y tecnologías de conducción autónoma. «Con esas alianzas, Volvo Cars se está pertrechando para los próximos cambios que se producirán en la industria de la automoción. Continuaremos con estos temas de rentabilidad sostenible, aumento de las ventas y nuevas iniciativas comerciales en 2017», afirma Samuelsson.