Pero ¿cómo utilizarlo en tu casa sin convertirla en una selva tropical incontrolable o en un maremágnum de tonalidades verdes sin sentido?
La diseñadora Sandra Marcos te da las claves para que hagas una apuesta segura por este color que, adaptado a cada material y a través de sus diferentes tonalidades, aporta frescura, personalidad y elegancia a cualquier estancia de tu casa:
1- Elige una pieza central que dé sentido a todo el espacio: puede ser un sofá, un conjunto de sillas, unas cortinas o una pared (pintada o con vinilos). Lo importante es que el verde predomine en un solo foco de atención, ya que es un color llamativo que, mal utilizado, puede cansar pronto. Sofás, sillones, camas o cortinas serán tus aliados.
2- Combínalo con colores neutros, pastel o metálicos: al contrario de lo que puedas pensar, el verde es un tono versátil. Combina igual de bien con tonos metalizados como la plata y el oro (sobre todo en objetos de cristal ahumado o transparente), como con grises y beige en textiles. Si eres una persona atrevida, prueba el mix con rosas y turquesas en pastel, ¡le darás un toque sixty a cualquier rincón!
3- Diferentes texturas: el secreto para crear ambientes acogedores es mezclar. Y no hablamos sólo de colores, sino también de texturas. Por ejemplo, si apuestas por un comedor con sillas velvet, más pesadas, aprovecha para vestir la mesa con piezas de cristal que reflejen la luz y transmitan serenidad. También puedes aligerar cómodas antiguas u objetos de tonos oscuros con tejidos vaporosos y ligeros como el lino o el algodón.
4- El baño, zona de pruebas: si has leído hasta aquí y aún no te imaginas ninguna estancia de tu casa con la tendencia greenery, ¡piensa en el baño! Será lo más fácil: con toallas, cortinas y alguna jabonera bonita de ese color, lo tendrás.
5- Plantas, que nunca falten: nada mejor que la propia madre naturaleza para animar cualquier ambiente y darle oxígeno (también en sentido literal) a nuestros espacios. Elige bien las plantas que mejor se adapten al interior de tu casa en función de la humedad y las horas de luz de las que disfrutes.
Y es que, con la llegada del buen tiempo y los primeros rayos de sol, todos estamos predispuestos a aumentar nuestra conexión con la naturaleza y a volvernos un poco más ‘eco’. No en vano, el verde también es un color asociado al cuidado del medio ambiente y, conviene recordarlo, a la suerte, lo cual no nos resulta extraño si tenemos en cuenta que el trébol es el símbolo por excelencia de la buena fortuna.
Así que cuando sientas que necesitas un respiro, ya sólo tendrás que parar un rato y sentarte a contemplar el horizonte en tu rincón greenery favorito. Porque, a veces, también se puede viajar sin salir de casa.