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Operadores turísticos franceses a la caza de edificios singulares e históricos

Activos preferentes para la inversión extranjera

Martes 07 de marzo de 2017
Operadores franceses precisan localizar este tipo de propiedades con una ubicación estratégica, ya se trate de grandes ciudades o zonas con atractivo turístico.

El mercado de propiedades singulares continúa evolucionando de manera favorable y constante. Tras unos años complicados, el sector muestra claros signos de recuperación.

Tiempo de invertir en bienes históricos para el turismo

De hecho, la demanda de propiedades emblemáticas, donde ubicar nuevas iniciativas de negocio se ha visto incrementada. Tanto es así, que edificios, y bienes históricos como conventos, monasterios, castillos y palacios son algunos de los activos más demandados.

Según comenta Robert Menetray Doval, fundador de la consultora Lançois Doval, especializada en todo tipo de activos inmobiliarios singulares, “este 2017 disponemos de numerosas demandas de empresas del sector, entre ellas un creciente interés por parte de operadores franceses, que precisan localizar edificios y propiedades singulares, con una ubicación estratégica ya se trate de grandes ciudades o zonas con atractivo turístico y con posibilidades de acoger entre 25 y 50 habitaciones”.

La compleja y a la vez fascinante historia España tiene en los edificios históricos, caso de palacetes, conventos o casas señoriales, por citar dos ejemplos, una de sus más evidentes expresiones. Estas propiedades destacan como activos preferentes para la inversión extranjera, ya se trate de particulares o de grandes fondos. El principal motivo es que ofrecen una serie de cualidades muy valoradas por los inversores que se plantean iniciar un negocio relacionado con el turismo. Es en este punto donde se tocan dos tendencias muy positivas: la disponibilidad de buenas oportunidades de inversión y las cifras récord que maneja el sector turístico español.

¿Qué aportan exactamente estos edificios singulares a los inversores turísticos?

Según explican desde la consultora, este tipo de edificios dotan al nuevo negocio de un valor añadido acercando a los futuros huéspedes a la historia de la ciudad o de la región que están visitando. El alojamiento pasa a ser así, una actividad más del viaje, con interesantes secretos por descubrir. Asimismo, cuando se habla de propiedades como conventos o castillos abandonados, se trata de recintos de grandes dimensiones que pueden acomodar a un número apreciable de viajeros.


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