De hecho, el último censo elaborado por la Sociedad Internacional de Cirugía de Restauración del Cabello (ISHRS) sitúa en casi 400.000 el número de pacientes que optan por este tratamiento cada año en todo el mundo, con un crecimiento superior al 25% respecto al registro anterior. El mismo informe sitúa el volumen del mercado mundial por encima de los 2.200 millones de euros.
Para la doctora García, especializada en la utilización del microimplante capilar, «no sólo vemos que cada vez más hombres deciden pasar por la clínica, sino que también es una alternativa para las mujeres. En muchos tipo de alopecias, cuando el diagnóstico y seguimiento se inicia con los primeros síntomas, se tienen más opciones de tratamientos, y en el caso de optar por un implante capilar, el resultado es mucho más natural.
Según el citado censo del ISHRS, en el caso de los hombres la edad media de los pacientes que se someten a una cirugía capilar es de 49 años, pero la franja de edad situada entre los 35 y los 40 ya representa un 17% del total, siendo la más numerosa.
El trasplante capilar con la técnica FUE (siglas que corresponden a la expresión inglesa Follicular Extraction Unit) consiste en una redistribución sistemática y artística de los folículos pilosos. Es decir, obtener injertos –con anestesia local– de las "zonas donantes" e introducirlos en las zonas con falta de cabello. Se trata de una técnica muy poco invasiva, y se puede reanudar la vida cotidiana al día siguiente; además, el pelo injertado crecerá normalmente sin volver a caerse.