«En restauración moderna, los conceptos más “profesionalizados” tenemos las de ganar», comenta José Manuel Pérez-Olivares, director de Operaciones de Retail&Food Franchising, matriz de las cadena Piccolo Andrea y Andrea e i suoi Amici. «Productos listos para consumir, con un sencillo proceso de calentamiento en los hornos de los puntos de venta, para que el cliente tenga una experiencia agradable y rápida. Una fórmula simple, sin necesidad de una formación profunda, para emprendedores que quieren comenzar en el mundo de la hostelería sin correr riesgos y sin un periodo de aprendizaje que le haga perder tiempo y dinero en el arranque de su negocio».
Desde el obrador de Retail&Food Franchising se encargan de preparar todos los productos que se venden en la cadena, no recurriendo a terceros implicados en la producción que encarecen el precio. Cada franquiciado de Piccolo Andrea y Andrea e i suoi Amici recibe el producto listo para exponer en vitrina, y solo tienen que someterlo a un proceso térmico en el momento de la venta.
«Esta centralización de procesos es una de las señas de identidad de cualquier buena franquicia, buscando un ahorro que redunde en el beneficio del emprendedor», razona José Manuel Pérez-Olivares, para quien, sin embargo, «es importante no perder de vista el conocimiento de su entorno que aporta el franquiciado; uno de los grandes pilares de la franquicia. Nuestro objetivo es animarle para que proponga iniciativas de carácter local, valorando su opinión sobre los productos».
La filosofía de Retail&Food Franchising es gestionar cadenas donde se prime la integración del franquiciado dentro de la organización, y donde éste pueda sentir en todo momento el apoyo de la central en su proyecto. «No concebimos que ese “ganar-ganar” en el que debe basarse la relación franquiciador-franquiciado funcione de otro modo».