Al contrario de lo que muchas veces puede parecer, encontrar trabajo en el extranjero no es una tarea sencilla y, aunque el optimismo debe primar, debemos ser conscientes de la alta competitividad de los mercados a nivel internacional y de las condiciones que el país de destino nos pueda brindar.
Planificar la búsqueda de trabajo en el extranjero
El primer paso es analizar nuestra situación personal y profesional En ella deben plantearse preguntas como “dónde estoy”, “dónde quiero llegar”, “de qué recursos dispongo” y, sobre todo, es el momento para definir nuestra personal, es decir, esa ventaja competitiva que nos diferencia del resto de candidatos. En esta fase, se debe también considerar aquello que demandan las empresas en las que nos gustaría trabajar para asegurarnos de que contamos con las habilidades y competencias necesarias para optar al puesto deseado. Un punto a destacar es la necesidad de contar con un documento oficial que acredite y detalle nuestra formación como puede ser el Suplemento Europeo al Título.
Si detectamos que tanto nuestra experiencia como formación están alineadas con las vacantes disponibles en el extranjero, es importante preparar el currículum vitae según las normas del país de interés: conocer el formato, qué información se indica y cuál no, y sobre todo, hacerlo en el idioma de destino. Por ejemplo, en países como Francia, Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Suecia o Finlandia se prefiere un “currículum ciego”, donde no aparece ni los años ni la fotografía para evitar así cualquier tipo discriminación por razón de raza, sexo o edad.
Una vez tenemos el currículum vitae preparado, es necesario realizar una exhaustiva investigación que dé respuesta a cuestiones relacionadas directamente con el funcionamiento del sistema de homologación de títulos, los trámites burocráticos y administrativos necesarios para residir y trabajar en ese país, sobre la posibilidad de tener agrupación familiar, pero también sobre nuestra capacidad para adaptarnos a su mercado de trabajo. Manejar esta información permite a la persona desarrollar una estrategia de búsqueda de empleo más eficiente. Por ejemplo, Francia, Suiza, Alemania, Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia demandan principalmente profesionales sanitarios por lo que médicos, enfermeros, fisioterapeutas, y otros profesionales españoles, podrían encontrar más fácilmente oportunidades laborales en alguno de estos países.
Además de los portales de empleo generalistas españoles, para la búsqueda de empleo es conveniente utilizar plataformas locales que nos permitan localizar todas las ofertas disponibles. Asimismo, otras de las vías pueden ser inscribirse en programas de movilización internacional que se promueven desde España, o formarse en otro país para acceder de forma más sencilla al mercado laboral.
Por otro lado, se debe ampliar la red de contactos. Una de las primeras herramientas que podemos utilizar es LinkedIn. Gracias a esta red profesional, se pueden detectar empresas españolas que operan en el país destino para poder hacerles llegar nuestro interés por tener una vivencia internacional y conocer sus posibilidades de trabajo, y también nos va a ayudar a conocer el testimonio de otros expatriados cuya experiencia puede ser de gran ayuda.
“Aunque hay muchos profesionales que deciden iniciar una nueva etapa fuera de nuestras fronteras de forma “aventurera”, si queremos garantizarnos el éxito, el salto se debe dar habiendo previamente analizado nuestra situación profesional, nuestros recursos y diseñando un plan estratégico de actuación”, comenta Javier Caparrós, director general internacional de Trabajando.com y HR-Consulting.