Durante el fin de semana se ha estado fraguando en Roma la liquidación de dos pequeños bancos italianos (Banca Veneto y Popolare de Vicenza) que fueron declarados insolventes por parte del BCE el viernes. Aunque no se llevará a cabo una nacionalización al uso, Intesa Sanpaolo recibirá una inyección de fondos del Estado a cambio de integrar los activos de ambas entidades y evitar así una bancarrota absoluta.
Se ha tratado de dar una solución práctica velando por los intereses de los clientes y depositantes de estas entidades para evitar un efecto pánico en el resto de bancos transalpinos. En este caso la factura la pagarán en primer lugar los accionistas y tenedores de deuda subordinada (cuya inversión pasa a valer 0 euros), y en segundo lugar los contribuyentes italianos. El Estado italiano inyectará de momento 4.875 Mn€, ampliables a 17.000 Mn€, a Intesa Sanpaolo para compensarle por la integración de los activos de ambos bancos y así permitirles mantener sus actuales ratios de capital.
Aunque el sistema bancario italiano no queda completamente saneado, y podríamos asistir a problemas similares en otras entidades, el mercado ha dado el visto bueno a la solución que se ha dado a este problema. Las acciones de Intesa Sanpaolo han subido hoy un 4,2% y otros bancos como Mediobanca o Unicredit, más del 2%.
El efecto contagio ha llegado a la bolsa española, con subidas en todos los bancos del Ibex: Sabadell +1,51%, Caixabank +1,12% o Bankinter +1,11%. Dentro del selectivo, la mayor subida ha correspondido a Iberdrola y las mayores caídas se han producido en Acerinox (-1,54%) y Grifols (-0,67%).
La oleada de compras no se ha producido exclusivamente en renta variable. En el mercado de bonos, la rentabilidad del bono español a diez años ha descendido hasta el 1,37% y la prima de riesgo hasta los 113 puntos básicos.
Las subidas registradas en la apertura bursátil se ha intensificado al conocerse a las 10:00 horas la encuesta IFO alemana, que ha mostrado una lectura mejor de la esperada (115,1 puntos vs 114,5 estimado). Este indicador de confianza registra su quinta subida consecutiva y alcanza niveles máximos en sus 26 años de historia. No parece que la incertidumbre en torno al Brexit ni a la política proteccionista de EE.UU. este afectando a la economía alemana, donde tanto el consumo como el mercado laboral atraviesan un gran momento.
La libra esterlina ha reaccionado con subidas al conocerse el pacto entre Theresa May y los unionistas de Irlanda del Norte, que le permitirán gobernar en minoría y apoyar asuntos clave como la legislación sobre el Brexit o los presupuestos.