Economía

Las empresas españolas tardan una media de 75 días en pagar a sus proveedores

Gráfico 1 – Mapa de calor de las insolvencias mundiales en 2017
Viernes 07 de julio de 2017
Las insolvencias se redujeron en España un -5% en el primer trimestre del año.

SOLUNION, la compañía experta en seguros de crédito, ha analizado el último informe sobre comportamientos de pago, insolvencias y liquidez de su accionista Euler Hermes. De este análisis se desprende que, a pesar del nuevo récord alcanzado por las empresas no financieras en cuestión de liquidez, los continuos retrasos en los pagos y el fuerte aumento de las grandes insolvencias (las que afectan a compañías con una facturación superior a los 50 millones de euros), demuestran que el momento económico que vivimos no está exento de riesgos.

Frente al contexto de estabilidad generalizada y con la recuperación económica comenzando por fin a tomar impulso, los riesgos y la divergencia acechan. Ambos problemas se agravan cuando las concentraciones de liquidez en algunas regiones e industrias alcanzan nuevos récords, y la severidad y la frecuencia de las grandes quiebras aumentan.

Las grandes insolvencias en los sectores retail y servicios, especialmente en Estados Unidos; el aumento de las quiebras en China y Brasil, y los retrasos en los pagos en China y en el sector aeronáutico en el mundo, se añaden a los riesgos de cola.

Mientras que se espera que las insolvencias mundiales se reduzcan un -1% este año, antes de aumentar un +1% en 2018, 20 países registrarán más insolvencias en 2017 que en la media pre crisis de 2008. Tras tres años de caídas significativas en las quiebras (-13,6% en 2014, -8,4% en 2015 y -4% en 2016), la imagen global destaca por las tendencias desiguales en las diferentes regiones.

Los datos mundiales también apuntan a unafuerte subida de las grandes insolvencias en el primer trimestre de 2017. Alrededor de 74 compañías con una facturación superior a los 50 millones de euros, se declararon insolventes en los tres primeros meses del año – 30 más que en el mismo periodo del año anterior. La facturación acumulada de estas empresas insolventes ascendió a 19.100 millones, un +34%. Las 20 insolvencias más grandes, representaron el 70% del global total, 13.400 millones de euros de facturación acumulada. Mientras ocho de estas insolvencias ocurrieron en Estado Unidos, Europa experimentó la mayor subida en el número de grandes insolvencias. Más de un tercio (25 de 74) de las grandes insolvencias del mundo en el primer trimestre se dieron en Europa. En el caso de España, las insolvencias se redujeron un -5% en el primer trimestre del año y -15 puntos porcentuales de media desde 2015.

Respecto a los sectores, por la presión de la irrupción de la digitalización y la tendencia continua de los últimos cuatro trimestres, los servicios y el retail registraron el mayor número de grandes insolvencias en el primer trimestre de 2017: 17 (desde las 10 registradas en el primer trimestre de 2016) y 14 (frente a 5 en 2016), respectivamente. En estos sectores, la facturación acumulada de las empresas fallidas en el primer trimestre fue de 6.200 millones de euros (+579%) y 5.200 millones de euros (+477%), respectivamente. Los sectores farmacéutico y de informática/telecomunicaciones resistierony no registraron quiebras en este periodo del año. En los últimos cuatro trimestres, solo hubo una gran insolvencia.

Las empresas deberán estar atentas al efecto dominó de estas grandes insolvencias, ya que la severidad está empeorando. Esto podría generar una reacción en cadena en los proveedores a lo largo de la cadena de abastecimiento. Por ejemplo, las insolvencias del sector retail en Estados Unidos y Reino Unido podrían impactar a otros sectores como electrónica, manufacturas y textil.

Acumulación de liquidez

La acumulación de fondos líquidos registró un nuevo récord el año pasado. Las empresas no financieras alcanzaron los 7 billones de dólares de efectivo y equivalentes de efectivo en sus balances al terminar 2016. Con una subida del +2,9% en comparación con 2015 y del +34% con 2010, la liquidez de las empresas en el mundo se ha duplicado (desde los 3,5 billones de dólares) desde la crisis financiera de 2008. Ahora supone el 9,5% del PIB mundial, comparado con el 6,1% de 2007.

Mientras que las empresas no financieras de Estados Unidos acaparan el 30% del total mundial, las empresas chinas han doblado su liquidez desde 2010. En términos regionales, la acumulación de las empresas de Asia Pacífico es ahora la más grande. En Europa Occidental sigue siendo limitada y desigual.

La industria tecnológica es la máquina de efectivo más fuerte, sobrepasando a petróleo y gas, y al sector de la automoción. Esto se cumple especialmente en Estados Unidos, donde el sector tecnológico supone el 71% del total de liquidez de la industria mundial (gráfico 2). De hecho, de un total de 2,1 billones que acumulan las empresas, 916.000 millones de dólares (44%) están concentrados en el sector, especialmente en los cinco gigantes tecnológicos: Apple, Microsoft, Alphabet, Cisco y Oracle. Juntos han amasado 565 millones de dólares de liquidez al acabar 2016 – más que la liquidez combinada de las compañías no financieras de Alemania y Reino Unido. Por el contrario, dos sectores se enfrentaron a una fuerte caída en 2016: maquinaria y equipo (-278.000 millones de dólares) y equipamiento del hogar (-104.000 millones de dólares).

Mientras que el crecimiento económico mundial apoya la generación de este efectivo, las incertidumbres y los riesgos han fomentado el ahorro y seguirán haciéndolo. La recuperación de la inversión mundial y de las actividades de fusiones y adquisiciones, deberían suavizar el ritmo de acumulación de liquidez. Otros acontecimientos también podrían tener impacto. Por ejemplo, el plan de la repatriación de los impuestos del Gobierno de Estados Unidos, podría ser significativo si se incentiva a las compañías a traer grandes cantidades de dinero de vuelta a América. Mientras que esta iniciativa podría llevar a invertir en creación de puestos de trabajo e investigación y desarrollo en Estados Unidos, las empresas sedientas de rentabilidad podrían optar por seguir acumulando.

Periodo medio de pago

En un contexto de grandes insolvencias y acumulación de liquidez, puede resultar inevitable que el comportamiento de pago de una compañía siga siendo complicado. De media, las empresas del mundo tuvieron que esperar 64 días para recibir sus pagos en 2016, mientras que un cuarto de ellas fueron pagadas en 88 días (2 días más rápido que en 2015). Un desafortunado 9% de las empresas mundiales tuvo que esperar más de 120 días de media para recibir el pago. Los pronósticos apuntan a que el periodo medio de pago mundial (DSO por sus cifras en inglés – Days Sales Outstanding) se estabilizará en una media de 64 días en 2017.

España se sitúa por encima de la media mundial y registra un nivel de DSO de 75 días, lo que supone un aumento de 7 días durante 2016. Esto tiene una doble lectura: este aumento reflejaun crecimiento económico más fuerte o una relajación prematura de la disciplina de pago.

Nueva Zelanda, Austria, Holanda, Dinamarca, Estados Unidos, Suiza y Australia registran los DSO más cortos (42, 44, 46, 48, 49, 49 y 50 días, respectivamente); por el contrario Turquía, Italia, Grecia y China son los que más tardan en pagar (80,85, 88 y 89). Hay que estar especialmente atentos a China, cuyo DSO de 89 días supone su nivel más alto en nueve años. En Europa Occidental, la media de espera ha repuntado, aunque lentamente (+1 día, hasta los 61). En general, el nivel de DSO ha mejorado en los países mediterráneos, en los que tradicionalmente se ha situado por encima de la media regional. Por tanto, parece que la diferencia entre los peores y mejores actores se está reduciendo.

En el mundo, los principales sectores industriales como el químico, la construcción, TIC y maquinaria, registran niveles de DSO por encima de la media mundial. El sector del metal, sin embargo, tuvo un nivel de DSO de 56 días. Las empresas que operan en sectores con outlets minoristas como alimentación, bienes del hogar o transporte, suelen cobrar antes que la media mundial de 64 días. El frenético nivel de actividad del sector aeronáutico ha empujado el DSO y los requerimientos de activo circulante desde 2012 (+8 y +16 días, respectivamente).


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