Detrás de esta tendencia alcista en los precios se encontraría el incremento en la demanda, consecuencia del descenso del desempleo, y un mejor acceso de esta al crédito hipotecario, que en estas condiciones ahora sí que puede comprar una vivienda. Esto ha hecho que las operaciones de compraventa hayan crecido de forma notable, superando el 18%. “Desde que comenzó la crisis, no veíamos hipotecas con tan buenas condiciones como las que se están dando ahora: se pueden encontrar préstamos con intereses por debajo del 1% y sin comisiones de apertura”, explica Eduardo Molet. Esto ha propiciado que al grueso de la demanda de vivienda se unan las clases medias, que en lo peor de la crisis no conseguían acceder a créditos hipotecarios, que las entidades financieras reservaban a inversores o particulares muy solventes, como a los compradores extranjeros.
¿Por qué ahora se conceden más hipotecas? Según Molet, los grandes bancos han sufrido importantes pérdidas en algunos mercados internacionales, especialmente en países de Latinoamérica, como Brasil o Venezuela. “Esto ha hecho que mucho busquen ingresos en España, y la concesión de créditos a empresas y particulares es una buena vía.
No obstante, la tendencia alcista del mercado de la vivienda, en opinión del consultor, no tendría que desembocar en una nueva burbuja inmobiliaria. “Es normal que, con la recuperación económica, los precios suban, ya que estaban a un nivel muy bajo”.
Así, al vendedor le cuesta cada vez menos encontrar un comprador para su vivienda, aunque es cierto que el tiempo que tarda en hacerlo varía en función de la zona geográfica. “La media se situaría en un plazo de 9 meses, pero si la vivienda se ubica en una gran ciudad, el tiempo que se tarda en venderla se reduce prácticamente a la mitad. En Madrid se sitúa en los 4,3 meses”.