El término volatilidad es utilizado en muchos casos como una aproximación al riesgo de un fondo, de este modo se indica cuánto se desvía la rentabilidad actual de las rentabilidades históricas. Es decir, tenemos un fondo A, con una media de sus cotizaciones de 5, y tenemos otro fondo B, que también tiene una media de cotizaciones de 5, a priori pueden parecer iguales, pero hay que tener en cuenta en cada uno de los casos la desviación respecto a la media, si es mayor o menor. Aasí, cuanto mayor es la desviación, más volátil es el fondo.
Es importante tener en cuenta tanto que la volatilidad mide el riesgo pasado del fondo, no el riesgo futuro. Asimismo, que un fondo sea muy volátil no significa necesariamente que pierda dinero. La volatilidad no es algo malo en sí mismo, pero no todos los inversores son capaces de asumirla. Por eso, debemos conocer bien las características del fondo antes de invertir en él, ya que esto nos ayudará a entender mejor el posible comportamiento futuro. Es fundamental comparar siempre la volatilidad de un fondo con la de otros fondos, pero siempre dentro de la misma categoría; no tendría sentido comparar la volatilidad de un fondo monetario con la d uno de renta variable, a efectos de decidir entre uno y otro. En definitiva, si eres conservador, es mejor buscar volatilidades bajas.