1. Infravalorar el entorno. Quienes viven de alquiler suelen buscar viviendas céntricas pero en entornos tranquilos. De hecho, una de las quejas más frecuentes de los inquilinos es tener vecinos ruidosos por lo que, un aspecto a destacar por los propietarios, debería ser el tipo de edificio donde está la vivienda, el número de vecinos por planta, el tipo de vecinos, etc. Hay que tener en cuenta que el auge de plataformas de alquiler turístico ha generado situaciones complejas, y a veces molestas, en el centro de las ciudades donde residentes habituales se encuentran conviviendo con turistas.
2. Calcular mal el precio de tu vivienda. Algunos propietarios suelen creer que su inmueble vale más de lo que en realidad cuesta por la alta demanda que tiene la zona en la que se encuentra. Sin embargo, no todo vale ya que sobrevalorar la vivienda puede hacer que se tarde demasiado en encontrar inquilino. Lo mejor para calcular el precio es investigar sobre el precio que tienen viviendas similares en la zona y tener en cuenta el estado del inmueble, ya que si ha sido renovado o dispone de extras como aire acondicionado, se puede subir, de manera moderada, el precio.
3. Creer que el alquiler vacacional genera más beneficio que el alquiler a largo plazo. A simple vista puede parecer que los beneficios del alquiler de estancias más cortas es más elevado que las ganancias del alquiler para estancias más largas. Sin embargo, antes de decantarnos por un determinado tipo de alquiler hemos de valorar las ventajas y desventajas de ambos. Por ejemplo, si nos decantamos por un alquiler turístico hemos de tener en cuenta los gastos que implica cambiar de inquilino constantemente (gastos de limpieza, pago de comisiones si se alquila a través de agencia,…), así como las gestiones adicionales a las que tendrá que hacer frente el propietario como organizar la entrada y salida de inquilinos o la limpieza del apartamento. Teniendo esto en cuenta, es importante que los propietarios hagan cálculos pues al final si la ocupación vacacional de la vivienda no supera el 65% o 70% no sale rentable.
4. Exigir depósitos demasiado elevados. A la hora de alquilar es importante que los propietarios tomen precauciones pero, en ocasiones, se cometen excesos. Solicitar una fianza de un mes y alguna prueba de solvencia son requisitos habituales y necesarios. Pero no lo son tanto, pedir dos o más meses de depósito y nóminas de más de tres meses. Los propietarios deben tener en cuenta que existen algunos tipos de inquilinos, como los estudiantes, que no trabajan pero eso no significa que no puedan pagar un alquiler ya que pueden disponer de becas, trabajos en prácticas o ayudas familiares para hacer frente al pago de la vivienda.
5. Creer que alquilando la vivienda por sí mismos se ahorran la comisión de agencia. Habitualmente, el cobro de la comisión de una agencia recae en el inquilino por lo que son muchos los propietarios que creen que alquilándolas por sí mismos atraerán a aquellos futuros inquilinos que no están dispuestos a pagar dicho servicio. Sin embargo, elegir una buena agencia o un portal online permiten alquilar la vivienda con mayor rapidez y seguridad. Además, permite llegar a una mayor audiencia y los propietarios pueden beneficiarse de las acciones de marketing y los canales que trabajan estas empresas.