En nuestro país, el último actor en sumarse a esta tendencia ha sido CaixaBank, que ya ha anunciado que a partir de finales de este año incorporará a Apple Pay como sistema de pago. A través de este, sus clientes podrán efectuar sus compras y abonarlas directamente desde la aplicación, sin necesidad de hacer uso de un plástico; algo que también pueden hacer con Samsung Pay, la app de pago móvil del otro gigante tecnológico. Aun así, como apuntan desde el comparador de tarjetas HelpMyCash.com, esta entidad cuenta todavía con una gran oferta de tarjetas y con millones de ellas en circulación.
La banca y sus nuevas alianzas
Con CaixaBank son ya dos los grandes bancos españoles que se han unido a una empresa del sector tecnológico para ofrecer el servicio de pagar las compras a través del móvil. No sorprende que esta entidad sea una de las pioneras en hacer compatibles sus tarjetas con este sistema, pues es uno de los bancos que más dedicación ha puesto a la innovación en cuanto a tecnologías se refiere. Por ejemplo, con la creación de su filial imaginBank, un banco que opera exclusivamente a través del móvil.
Otra de las grandes entidades que participa en esta alianza de poderes es el Banco Santander, la entidad con mayor cartera de clientes de nuestro país. Este banco fue el primero en hacer compatible su servicio con el de Apple, pero no se ha conformado con ello y actualmente también opera junto con Samsung Pay.
Además de estos acuerdos, las entidades financieras también cuentan con sus propios sistemas con los que podemos abonar nuestras compras: loswallet. Este término anglosajón se emplea para referirse a los monederos electrónicos, con los que los bancos ofrecen su propio servicio de pago como alternativa a las tarjetas. Gracias a estas aplicaciones, solo tenemos que usar el móvil para abonar la compra que realicemos.
De este modo, podemos ver un panorama en el que los grandes bancos del país llegan a acuerdos con grandes compañías tecnológicas para incorporar sus sistemas de pago móvil, así como desarrollan sus propias aplicaciones que ofrecen el mismo servicio. La cuestión que plantea esta nueva tendencia es en qué lugar quedarán las tarjetas físicas como medio de pago en un futuro no muy lejano.
¿Una evolución lógica?
Como acabamos de comentar, la aparición de los nuevos sistemas de pago es una clara consecuencia del desarrollo tecnológico y, como no podía ser de otra forma, también afecta a la banca. En un contexto en el que las entidades se dirigen cada vez más a ofrecer servicios online (por ejemplo, permitiendo contratar sus tarjetas de crédito por Internet), los servicios de pago han tenido que ir evolucionando progresivamente.
No obstante, esta evolución no ha tenido un éxito rotundo en España, donde la acogida de estos nuevos sistemas tecnológicos ha sido un poco fría. Como ya pasó en su tiempo con el contactless, parece que en nuestro país existe cierta reticencia a cambiar los hábitos de consumo o, en este caso, de pago. A diferencia de lo que ocurre en otros estados de nuestro entorno, los españoles todavía se inclinan mayoritariamente por las tarjetas de crédito y solo ven estos servicios móviles como un elemento complementario al pago tradicional. La teoría se reafirma simplemente con ver que cada vez hay un mayor número de plásticos de este tipo en circulación, como demuestran las estadísticas del Banco de España.
Aunque en nuestro país no parece que a corto plazo vaya a haber un gran cambio en el empleo de las tarjetas físicas, por ahora lo que podemos sacar en claro es que los grandes bancos sí que empiezan a apostar en los nuevos métodos de pago. ¿Desembocará ello en la desaparición por desuso de las tarjetas físicas? No se puede saber con certeza, pero parece que para que esto suceda primero tendrá que producirse un cambio cultural.