Las exportaciones mejoran por encima del 8% y los pedidos en la industria siguen incrementándose

PREVISIONES AL 31 DE JULIO 2017

Aunque debamos esperar al 24 de agosto para constatar previsiones a la vista de los datos definitivos que publique Contabilidad Nacional (el PIB adelantado del segundo trimestre se sitúa en una tasa del 3,1%, una décima por encima del trimestre anterior), el paso de los meses no hace sino confirmar la buena marcha de nuestra economía.

Prueba de ello es que el crecimiento del PIB se está cimentando gracias al aumento del consumo privado, al que se comienza a unir el público. Se incrementa la inversión no solo en bienes de equipo sino también la encaminada a la construcción de vivienda, sector éste último que levanta cabeza después de casi diez años de crisis y que despierta el empleo para un colectivo que no tenía otra salida, lo que supone un aliciente para el consumo en las capas bajas de la población. En el sector inmobiliario y construcción está influyendo la inversión extranjera, destacando además de la atomizada habitual, la presencia de fondos internacionales atraídos por precios y expectativas de rentabilidad. En la industria, los pedidos siguen incrementándose, lo que garantiza un nivel elevado de actividad en los próximos meses. Quizás lo más contundente seael crecimiento de las exportaciones que lo hacen por encima del 8%, con el añadido de un año excepcional que se espera en el turismo, tanto en número de visitantes como de ingresos.

Todo ello, en un marco donde la tracción aumenta por el crecimiento económico global y la mejora de competitividad. Lo últimos datos ofrecidos por el FMI hablan de un crecimiento de la economía mundial de un 3,3% este año y del 3,6 en el próximo. Mientras que la zona euro, en la que se centran mayoritariamente nuestras relaciones comerciales, podría crecer un 2% en el año en curso y el 1,8% en el 2018. A esto habría que añadir los últimos mensajes de Dragui de continuar con la política expansiva y la compra de bonos. Efectivamente no se han perdido los vientos de cola que nos impulsaban: bajos tipos de interés y precios razonables en el petróleo, donde hace unos meses se ceñían amenazas. Aunque el repunte de nuestra inflación parece moderarse, actualmente sigue siendo superior a la europea (hasta ahora venía ocurriendo lo contrario) y el euro se está robusteciendo contra el dólar en los últimos meses, lo que resta competitividad a las exportaciones fuera de UE. Pero el principal viento de cola de ahora es que la economía mundial y de Europa, ésta aun tímidamente, comienzan a no dejarnos solos en el crecimiento y coadyuvando a potenciar el mismo.

Todo ello, y a la vista del semestre transcurrido que nos permite constatar el buen ritmo de crecimiento, nos permite elevar nuestras previsiones de crecimiento del PIB al 3,1% para 2017 y del 1,9% para el próximo año, reducir nuestra previsiones de incremento de la inflación al 2% para este año y al 1,7% para 2018, y en cuanto a la tasa de paro, se estima que finalizará el año en el 17,2%: Según los datos de la última EPA, el desempleo ha descendido, en términos trimestrales, en 340.700 personas y se sitúa, por primera vez desde el 2008, por debajo de los 4 millones, lo que confirma el comportamiento positivo del mercado laboral español.