Empresas

La gestión terminológica mejora la comunicación y la productividad de las empresas

Según el informe “Gestión de la terminología en empresas de traducción”, elaborado por la Universidad Internacional de Valencia

Lunes 07 de agosto de 2017
El 58% de las empresas participantes en el estudio asegura gestionar la terminología de manera sistemática, mientras que un 41% no lo hace.

La gestión terminológica mejora la comunicación profesional y la productividad de las empresas, según el informe “Gestión de la terminología en empresas de traducción”, elaborado por Anna Estellés, Nava Maroto y Esperanza Valero, profesoras de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).

El informe de la VIU recoge un estudio cuyo objetivo es comprobar el nivel de sistematización de la gestión terminología en proveedores de servicios lingüísticos en países de habla hispana (principalmente España, Centro América y Sudamérica). Para ello, se ha realizado un sondeo entre empresas y profesionales de la traducción sobre su estructura organizativa, nivel de sistematización de la gestión terminológica, la automatización del trabajo terminológico y el tipo de información terminológica que recogen.

En este sentido indica que el 58% de las empresas participantes en el sondeo asegura gestionar la terminología de manera sistemática, mientras que un 41% no lo hace. De las empresas que realizan gestión terminológica de manera sistemática, el 87% lo hace de terminología bilingüe y el 12,5% restante lo hace de terminología multilingüe.

Por sectores, el 25% se centran en empresas de ciencias sociales, un 25% de ingenierías y áreas técnicas, un 16,7% de negocios, comercio y finanzas y el resto de derecho, marketing, medicina, arte y literatura.

En lo que se refiere a la tipología corporativa de los encuestados, el 33% de los consultados son empresas de menos de 20 empleados, el 25% de menos de 10, otro 25% de menos de 5 y un 8% tienen más de 20 o más de 50 empleados.

En cuanto a las respuestas sobre el número de horas dedicadas al trabajo terminológico, éstas no resultan consistentes entre sí, pero refuerzan la idea de que en la mayor parte de las empresas la persona o personas que realizan el trabajo terminológico también realizan otras tareas (como gerente, gestor de proyectos, becario…).

Además, el 75% de los encuestados afirma utilizar una herramienta informática para la gestión terminológica. De estos, el 60% utiliza una herramienta integrada en un sistema de traducción asistida, un 30% herramientas no específicas para la terminología y un 10% herramientas comerciales.

BENEFICIOS PARA LAS EMPRESAS Y PARA LOS CLIENTES

Para las profesoras de la VIU “las empresas que aspiren a cumplir los requisitos de la norma internacional [ISO 17100: 2015 sobre prestación de servicios de traducción] y a obtener la certificación de calidad de las agencias de normalización no pueden soslayar la gestión terminológica, pues es una de las tareas clave para asegurar la consistencia y la calidad de las traducciones”.

“Las empresas globales –continúan-, cuya actividad principal no está relacionada con la comunicación, no suelen ser conscientes de que la gestión terminológica conlleva beneficios para las empresas, tales como la mejora de la calidad y la consistencia de los materiales informativos, la reducción de los costes de traducción y una mejora de la imagen de marca”.

Asimismo, hacen hincapié en la necesidad de concienciar a los clientes acerca de las ventajas que supone poseer una terminología estandarizada y de mejorar la colaboración entre las empresas que prestan servicios de traducción y sus clientes, en las fases previas a la traducción, lo que redundará en una mejor calidad de la traducción.

Con respecto a los desarrolladores de herramientas de localización/traducción, recomiendan “mejorar tanto la interoperabilidad de las herramientas, como el flujo de trabajo en terminología, sin dejar de lado la importancia de otros aspectos como los formatos de salida en los que pueden presentarse los datos terminológicos y las opciones de aseguramiento de la calidad, es decir, de control de que la terminología empleada en la traducción se ajusta a las expectativas previamente fijadas con el cliente”.

Por último, el informe de la VIU, llama la atención sobre el hecho de que la gestión terminológica ha de llevarse a cabo desde el principio del desarrollo de los productos hasta su distribución.

NECESIDAD DE UNA FORMACIÓN ESPECÍFICA Y DE CALIDAD

Respecto a la formación, el estudio de la VIU destaca que el aprendizaje de herramientas de terminología integradas en otras herramientas resulta un aspecto clave en la formación de traductores profesionales.

Además, indica que el currículo del estudiante de traducción debe incluir el aprendizaje de herramientas de gestión terminológica que faciliten la automatización del trabajo terminológico.

Según las expertas de la VIU “los estudiantes de traducción deben aprender a elaborar fichas terminológicas complejas, incluyendo información semántica, gramatical, contextual y otras informaciones relevantes para la práctica de la traducción. La automatización de esta fase del trabajo terminológico mediante etiquetadores gramaticales, extractores de terminología o validadores resulta imprescindible para formar a los futuros profesionales de la traducción”.

Finalmente destacan que “los resultados de los estudios acerca de los perfiles mixtos que hacen las veces de gestor de proyectos y terminólogo o becario de apoyo y terminólogo hacen necesario explorar la relación entre el perfil de gestión de proyectos y el del terminólogo así como las aptitudes necesarias para realizar el trabajo terminológico”.