Con esta definición tan sencilla, es fácil entender términos financieros del sector de la inversión. Este es el principal objetivo del proyecto de educación financiera Pequeños Inversores, puesto en marcha por el banco digital Self Bank, junto a 25 gestoras de fondos con el que se busca desmitificar que las finanzas son complicadas y que hasta un niño es capaz de explicarlas.
A la hora de invertir un capital hay que decidir qué comprar para materializar esa inversión, teniendo en cuenta qué mercado puede ser más interesante, qué sectores son susceptibles de ir mejor y qué acciones podrían experimentar una mayor rentabilidad. En el caso de comprar solo acciones de una compañía estaríamos haciendo una apuesta 100% por ese valor, lo cual supone una concentración del riesgo. Para reducir el riesgo de la inversión, la mejor opción es diversificar. De este modo, una parte de mi cartera puede ir mal, pero puede ser compensada por otra que vaya bien.
En la inversión hay dos elementos fundamentales: la rentabilidad, que es lo que todo inversor quiere conseguir; y la volatilidad o riesgo, que es lo que todo inversor quiere evitar. Dentro de los riesgos, existen dos clases: el primero es el riesgo sistemático, intrínseco a la inversión y que no se puede eliminar; por ejemplo, las crisis económicas. Por otro lado, tenemos el riesgo no sistemático, aquel concreto de las acciones en las que invierte; en este caso, por ejemplo, encuadraríamos la posibilidad de que un sector de la economía vaya bien y otro mal. Este riesgo sí se puede minimizar y una de las mejores maneras de hacerlo es a través de una adecuada diversificación.
A la hora de diversificar se debe tener en cuenta una serie de claves: optar con distintos tipos de activos como renta fija, monetarios, renta variable), invertir en diferentes mercados (España, Europa, EEUU, mercados emergentes…) e invertir en acciones que pertenezcan a varios sectores. Los activos, mercados, sectores… no deben estar excesivamente correlacionados entre sí, ya que, si todos evolucionan en la misma dirección, la diversificación no funciona.
A la hora de poner estas nociones en práctica se debe tener en cuenta que al invertir no se deben meter todos los huevos en la misma cesta, sino que se deben buscar distintas alternativas para mejorar su rendimiento. En este sentido, los fondos de inversión son un excelente vehículo para diversificar.