Para Asaja Córdoba, se trata de una buena noticia porque la organización lleva años reclamando su reforma y eliminación por lo que ahora, en parte, se da respuesta a esta petición y agradece que el Gobierno autonómico haya reaccionado así tras la protesta que Asaja Córdoba organizó el 14 de septiembre junto a la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) y la Federación Andaluza de Autónomos (ATA) para reclamar que se pusiera fin a este injusto impuesto.
No obstante, el presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, explica que, una vez analizado con detalle el documento,“aún quedan fuera algunos supuestos que afectan especialmente a los agricultores, copropietarios de explotaciones familiares o familiares de segundo y tercer grado”, por lo que pide que se elimine el impuesto de sucesiones, así como que se incluya la retroactividad para quienes ya hayan pagado este tributo.
Fernández de Mesa afirmó, por tanto, que hay “mucha letra pequeña en el acuerdo político que rebaja el impuesto” y, aunque considera que es “un paso adelante”,en esta rebaja del impuesto hay mucho que hacer aún porque, entre otras cuestiones, no contempla la rebaja del tributo para la donación de explotaciones agrícolas y en los casos en los que sí se contempla esta reducción, se incrementa la presión fiscal de la persona que dona vía IRPF como si hubiera recibido un ingreso.
Junto a ello, aunque el acuerdo supone que, si hasta ahora los herederos que no percibían más de 250.000 euros no tributaban, la reducción, ahora, se elevará a 1.000.000 de euros, pero, no obstante, sólo se aplicará esta exención a los herederos de primer grado (cónyuge e hijos), quedando así fuera los sobrinos o hermanos con el consiguiente agravio que puede darse en estos casos.
Además, puesto que no se ha llegado a la eliminación, sino a una subida del mínimo exento al millón de euros, el efecto deseado se diluye por la alta valoración de los inmuebles que realiza la Junta de Andalucía.
Por otra parte, sigue existiendo error de salto en la valoración del patrimonio preexistente, por lo que esta reforma, siendo positiva, “no deja de ser un parche sobre otro, creando un galimatías normativo, lo que supone que sólo traiga inseguridad jurídica, abandono de empresas agrícolas y dejar de recibir tributos de los que emigran a otras comunidades autónomas”.
En definitiva, para Asaja Córdoba, se trata de un impuesto “injusto” con quien hereda porque “hemos visto situaciones en las que los ciudadanos se han visto obligados a renunciar o hipotecarse para poder recibir un bien por el que las familias llevan años tributando”.