El objetivo de este tipo de construcciones bajo el estándar Passivhaus, cada vez más al alza, es convertirse en edificios de consumo energético casi nulo. Para alcanzar este estatus, se toman medidas como la mejora de aislamientos, la eliminación de puentes térmicos, la hermeticidad del aire y la ventilación mecánica controlada por doble flujo. Una tendencia que está proliferando cada vez más.
Tal y como explica Iker Hidalgo Ortega, gerente de la empresa ‘Ixar Aislamientos’ e instaladora oficial de Pladur®, para esta obra levantada por la promotora Visesa “se han utilizado placas de Pladur N y Pladur H1 cuando se ha requerido resistencia directa al agua y humedad para trasdosar el perímetro interior de las viviendas, techos y tabiquería interior. Esto ha permitido que la línea de hermeticidad conseguida con un enyesado sobre ladrillo, quede protegida, garantizando así su durabilidad”.
Una de las ventajas más evidentes que aporta un edificio Passivhaus es la “gran reducción en la demanda energética. Además de esto, la gran mejoría en la construcción implica la eliminación de patologías relacionadas con condensaciones por la ausencia de puentes térmicos y el confort se ve considerablemente mejorado con una temperatura constante, sin gradientes térmicos, ausencia de ruidos, alta calidad en el aire sin polvo, polen, etc.” argumenta Iker Hidalgo.
Una obra que está previsto finalice en diciembre de este año y con la que, una vez más, Pladur® apuesta por la sostenibilidad y lucha por el cambio climático. Sin duda una gran apuesta de futuro que irá proliferando con los años.