Para los niños la rentabilidad consiste en buscarse las habichuelas para conseguir más dinero y, si puede ser con menos esfuerzo y riesgo, mejor que mejor. De este modo, explican en qué consiste este concepto que forma parte del proyecto de educación financiera Pequeños Inversores, puesto en marcha por el banco digital Self Bank, junto a 25 gestoras de fondos con el que se busca desmitificar que las finanzas son complicadas y que hasta un niño es capaz de explicarlas.
A la hora de medir la rentabilidad de la inversión de un fondo hay que comparar el valor liquidativo, teniendo en cuenta el precio que tenía el fondo el día de la compra, con el de cualquier día posterior a esa fecha. Por ejemplo, si el valor liquidativo de compra a fecha de 10 de enero es de 100 euros y a fecha de febrero es de 113, la rentabilidad de ese fondo será del 13%.
Es necesario saber que existen distintos tipos de rentabilidad:
1.- Rentabilidad por años: no es conveniente mirar solo cuál ha sido el comportamiento de un fondo en un año aislado. La rentabilidad debe ser consistente en el tiempo. Así, se puede comprobar cómo lo ha hecho el fondo en situaciones extremas (un año muy bueno o un año muy malo).
2.- Rentabilidad por periodos: es la conseguida por el fondo entre un rango de fechas; por ejemplo, los últimos 12 meses o los últimos 5 años … Esta rentabilidad se puede dar:
3.- Rentabilidad comparativa: es importante comparar siempre la rentabilidad de nuestro fondo con la de otros fondos de la misma categoría o con el índice de referencia, solo así podremos juzgar si nuestro fondo lo está haciendo bien o mal.
En relación a la rentabilidad y teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente, deberíamos tener en cuenta algunos aspectos básicos: