La desaceleración económica china provoca un aumento de las facturas vencidas y las insolvencias en varios mercados de la región.
Más allá de sus fronteras, la evolución de la economía china está comprometiendo el crecimiento en la región de Asia-Pacífico y el comportamiento en pagos de su tejido empresarial. El último informe difundido por Crédito y Caución previene del aumento del riesgo de crédito comercial en algunas economías de la región. En China, la desaceleración económica ha provocado ya un aumento de las facturas vencidas y las insolvencias, una tendencia que la aseguradora de crédito líder en España prevé que continúe en 2016.
Las autoridades chinas están tratando de implementar reformas que reduzcan las vulnerabilidades de la economía para buscar un crecimiento económico en el medio plazo focalizado en el consumo interno. El principal obstáculo para el éxito de estas políticas son los altos niveles de endeudamiento, que suponen más del 280% del PIB. “Las vulnerabilidades financieras visibles en los sectores financieros, corporativos, inmobiliario y en los gobiernos locales están interconectadas. El shock en un sector podría provocar una reacción en cadena en otros”, dice el informe.
En Corea del Sur el crecimiento se ha visto afectado por la disminución de las exportaciones, que representan aproximadamente el 50% del PIB, debido a la disminución de la demanda de China, del que Corea del Sur es el mayor socio comercial, y la pérdida de competitividad frente a las empresas japonesas en los mercados clave para la exportación de electrónica y automóviles.
En Indonesia, la economía también es estructuralmente sensible a este choque externo, debido a una alta dependencia de las exportaciones de commodities, que representan más del 60% de las exportaciones. Su tejido empresarial es cada vez más vulnerable a la volatilidad de la moneda: la deuda externa corporativa se ha duplicado desde 2010 y actualmente supone más del 70% de sus exportaciones totales, el porcentaje más alto del mundo.
Australia es, también, una de las economías claramente afectada por la evolución de China. Se espera que las insolvencias empresariales aumenten de nuevo, debido principalmente a la profunda crisis en el sector de la minería. En los últimos años, el crecimiento del país se vio impulsado por las inversiones para incrementar las capacidades de producción y el aumento de las exportaciones de materias primas. Sin embargo, a partir de 2015, la caída de los precios y la demanda de commodities han tenido un impacto claro en la economía australiana. El informe prevé que el crecimiento económico sea modesto durante 2016, en un entorno de creciente incertidumbre sobre el futuro desarrollo económico y empresarial de esta zona.
En Malasia se espera que el crecimiento se reduzca debido a la disminución de la demanda de China y la caída del precio del petróleo, que afecta a las exportaciones. El crecimiento del PIB es impulsado por el endeudamiento del sector privado y la aceleración de proyectos de infraestructura pública.
El panorama económico de la India es el más prometedor gracias a la estabilidad institucional, los bajos precios del petróleo, la alta inversión y el fuerte consumo privado. Dicho esto, la desaceleración China pesa sobre la caída de las exportaciones de India, que representan el 25% del PIB, lo que hace que la economía india pueda mantenerse estable. Los altos precios de consumo son una preocupación grave en la India, lo que socava el poder adquisitivo de los hogares más pobres.
En Japón, las insolvencias empresariales han disminuido desde 2009. No obstante, algunos sectores como el comercio minorista y la construcción comienzan a mostrar un incremento de su vulnerabilidad debido a la reducción de márgenes y a la falta de impulso significativo del crecimiento en el país.