Motor

Audi S4 TFSI 3.0 V6 quattro triptonic

Discreto hasta que se le conduce

Mariano García Viana | Jueves 12 de octubre de 2017
Efectivamente el S4, basado lógicamente en la última generación del A4, en principio ofrece un aspecto que a veces le hace parecer un A6, por su mejorado diseño general y sin que le abandone por ello un espíritu de utilización familiar, confortable, con una alta dosis de elegancia y un buen nivel de lujo.

Ahora bien, si uno se fija en ciertos detalles, como las llantas, la cuádruple salida del escape, la menor altura con respecto a suelo y sobre todo el sonido que desprende al ponerlo en marcha…….la cosa cambia radicalmente. Sí es un 4 de Audi, pero tiene algo o muchas cosas diferentes y sobre todo un “corazón” que casi no le cabe en el “cuerpo” de lo bien que late. El 3 litros de 6 cilindros en V, turboalimentado, nada más entrar en ignición comienza a ronronear, como si ya estuviera dispuesto a dar lo mejor de sí. Si al acelerar se hace de manera progresiva el motor empuja con fuerza pero conservando esa descrita discreción que parece querer mostrar en modelo en todo momento, como si estuviera disimulando. Pero ¡Ah! si la aceleración se hace con decisión y el pie se hunde sobre el pedal, entonces el ronroneo se vuelve rugido, un rugido grave, lejano y más que agradable, mientras que el empuje suave y continúo se vuelve igual de constante pero de forma radical, vertiginosa y sin apenas darnos cuenta habremos adelantado a todo coche “viviente” que se nos hubiera puesto por delante. Los 354 CV de los que se dispone y un extraordinario par de 500 Nm entre las 1.350 y 4.500 r.p.m., “justifican” esa brillantez envidiable que muestra el motor desde muy bajas vueltas y hasta el corte de la inyección.

El alto rendimiento que ofrece esta estupenda mecánica se debe al concienzudo trabajo que han hecho los ingenieros de Audi, entre cuyas realizaciones cabe destacar, un nuevo método de combustión, denominado ciclo B, que utiliza las válvulas de inyección de alta presión montadas en el centro de las cámaras de combustión. También en el V6 TFSI acortar la fase de compresión durante el proceso de combustión permite al motor trabajar con una relación geométrica de compresión significativamente elevada. Las mejoras en eficiencia se consiguen en combinación con una fase de expansión que es más larga que la de compresión. El sistema de distribución variable de Audi, “valvelift”, colabora definitivamente a mejorar todavía más el funcionamiento del motor. Por su parte, el turbocompresor situado dentro de la Va 90º, funciona según el principio de doble entrada “twin scroll”, mediante el cual los gases de escape de las dos bancadas de cilindros de la V fluyen por separado. Esto hace que la respuesta a una solicitud enérgica del acelerador, tenga una reacción mecánica fulgurante. El cárter y la culata tienen circuitos de refrigeración separados. Tras el arranque en frío, la bomba de agua, provista de un conmutador, controla el flujo de líquido refrigerante que circula a través del motor, para que el aceite alcance su temperatura óptima de funcionamiento lo antes posible. El colector de escape está integrado en la culata y el refrigerante circula alrededor de él, lo que hace que el motor se pueda calentar rápidamente y cuando ya lo está, el sistema reduce la temperatura de los gases de escape, lo que a su vez reduce el consumo de combustible, especialmente cuando se conduce de forma deportiva.

Bueno, después de esta disertación técnica para que nos hagamos idea somera de lo que encierra ésta estupenda mecánica, cerremos el capítulo comentando que la velocidad máxima es de 250 km/h, con corte de inyección y la brillante aceleración se sitúa en los 4,7 segundos, desde parado a los 100 km/h., mientras que el consumo medio, siempre que no conduzcamos constantemente en plan deportivo, se queda en los 7,5 litros a los 100 kms. La transmisión automática es del tipo triptonic, con ocho relaciones, lo que permite que el motor trabaje muy frecuentemente en el número de revoluciones ideal, siendo las marchas más bajas cortas y deportivas y las más altas lo suficientemente largas como para reducir el número de revoluciones y el consumo de combustible. El conductor puede seleccionar los modos D, S o E y, además, utilizar las levas situadas en el volante para realizar los cambios de marcha de forma manual. Todas las órdenes se transmiten a la caja de cambios electrónicamente, sin cables. Un nuevo mecanismo que se adapta a la velocidad para absorber las vibraciones del motor, hace que éste funcione de una manera más suave cuando se circula despacio. Si el conductor levanta el pie del pedal del acelerador entre los 55 y los 160 km/h, la transmisión se desacopla, lo que permite ahorrar combustible (esto no sucede en el modo S). Si el vehículo lleva instalados el asistente predictivo de eficiencia opcional y el control de crucero adaptativo con Stop&Go, con el asistente de conducción en atascos incluido, la función de marcha libre por inercia se activará en cuanto sea posible.

Como es de esperar en un Audi de estas deportivas características, la tracción es integral quattro, que actúa de forma asimétrica y tiene una definitiva contribución en el excelente comportamiento del coche. En conducción normal, su diferencial central mecánico dirige el 60% del par hacia el eje trasero y el 40% al delantero. Si se produce algún deslizamiento en uno de los ejes, la mayor parte de la potencia se redirige rápidamente hacia el otro (puede llegar a pasar hasta un máximo del 85% delante y del 70% detrás). Las suspensiones disponen de cinco brazos de nuevo diseño, tanto en el eje delantero como en el trasero, lo que permite una absorción óptima de las fuerzas longitudinales y transversales. El S4 también dispone del Audi Drive Select, mediante el cual, a gusto del conductor, se interviene sobre el propio motor, la dirección, la caja de cambios, el diferencial deportivo trasero y sobre las amortiguaciones. Se puede elegir entre los modos Comfort, Auto, Dynamic, Efficiency o Individual. Como es de esperar los frenos son superpotentes, con cuatro discos ventilados, cuyas pinzas de seis pistones, están pintadas de rojo y con el símbolo S.

Las llantas de 19 pulgadas, junto con la parrilla delantera de color negro, el pequeño alerón sobre la tapa de maletero y la menor altura con respecto al suelo, son los rasgos más característicos del S4. Por su parte el interior respira calidad y deportividad con las terminaciones de muchos de sus elementos en color aluminio. En el salpicadero de diseño más bien horizontal, destaca la pantalla táctil multifunción que esta superpuesta en su centro, mientras que el cuadro lo compone una pantalla de 12,3 pulgadas, que se puede configurar a voluntad del conductor e incluso reproducir en toda su extensión el GPS de la multifunción central. Para completar la información se dispone también del Audi Virtual Cockpit que refleja en el parabrisas los datos más útiles para la conducción. Los asientos de piel tienen un aspecto deportivo magnífico, con el dibujo central en rombos y sujetan, como es de esperar, el cuerpo perfectamente aunque se circule por zonas de virajes continuados. En general todos los mandos quedan muy a la mano, especialmente la pequeña y achatada palanca selectora de cambio situada en la parte horizontal de la consola. Como detalle de última generación, dispone de carga por inducción para móviles gracias al Audi phone box y de un sistema de sonido de alta fidelidad con 19 altavoces con la firma de Bang & Olufsen, toda una auténtica sinfonía de calidad, junto claro está con el mencionado sonido del motor.


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