Formación

Smartick, un aliado inesperado del homeschooling en EEUU

Martes 24 de octubre de 2017
Las familias que optan por educar a sus hijos al margen de la escuela lo hacen por la disconformidad con la atención al alumno y el bajo nivel académico, entre otros motivos, según Bruce Arai, investigador de la Universidad de Brantforden Canadá.

Libros de texto, cuadernos, carpetas, lápices y bolígrafos. Poco ha cambiado la mochila que preparaban los alumnos hace décadas con la que llevan hoy los más pequeños al colegio, pero eso no es todo lo que sigue igual. En la escuela tradicional hay todavía problemas sin resolver que propician que algunos padres opten por educar a sus hijos al margen del sistema. En España, la Asociación para la Libre Educación (ALE) calcula que entre 2.000 y 4.000 familias apuestan por el homeschooling, o educación fuera de las escuelas. Ante este panorama, hay métodos, como Smartick, que, a través de las nuevas tecnologías, se adaptan tanto a las necesidades de los niños escolarizados oficialmente, como a las de los que aprenden en casa.

La masificación de las aulas, la falta de atención individual al alumno, los problemas fuera del aula (los problemas de convivencia), la falta de flexibilidad de los maestros, así como la permanencia del mismo docente durante todo el curso a pesar de que a veces no sea el óptimo, los planes de estudios basados en contenidos no relevantes para algunos padres, la pobreza del entorno escolar, el desacuerdo con determinada educación moral y religiosa, el bajo nivel académico de la media de la clase y la consideración de la escuela como un entorno negativo, motivan a algunas familias a enseñar a sus hijos fuera del sistema, según un estudio de Bruce Araai, investigador de la Universidad de Brantford en Canadá. En España, además, hay padres que creen que los colegios podrían cambiar más rápido de lo que les posibilitan las leyes educativas en un país donde no hay casi proyectos piloto.

Estos padres rechazan las clases magistrales y los libros de texto como única guía para aprender, implicándose ellos mismos como tutores didácticos, y apuestan cada vez más por un aprendizaje personalizado basado en las nuevas tecnologías. La tableta, el PC y el smartphone, utilizados por los niños a diario, les permiten conectarse y sentirse protagonistas de lo que están haciendo, pero, a la vez, se usa bajo la supervisión paterna, para tareas que de verdad aportan en su educación. Además, las redes sociales han sacado del aislamiento a los padres que optaban por este modelo educativo.

Las cifras de abandono escolar, las segundas más altas de Europa, indican que el sistema no funciona para todo el mundo. España, además, ostenta el récord de repetidores. Muchas veces, los niños que fracasan en el colegio podrían haberlo evitado con una detección temprana de los problemas que tenían, y eso, en casa, es fácil, con mucho más tiempo para dedicarle a cada hijo. La ratio de alumnos/padres es claramente favorable para la intensidad del aprendizaje, aunque haya millones que sigan prefiriendo una educación homologada y la socialización que ocurre sólo en el colegio.

Smartick nació por una honda preocupación de sus fundadores sobre los malos resultados de España y de varios países occidentales en PISA. Tenía que haber otra forma de enseñar matemáticas que consiguiera mejorarlos. Así fue como, tras un año intenso de contactar con los mejores profesionales, de estudiar mucho sobre didáctica de las matemáticas, se dio forma a un método que recoge lo mejor de la enseñanza clásica con lo mejor de lo que ofrecen las nuevas tecnologías, unido a la posibilidad de practicar con intensidad y concentración durante quince minutos al día.

Las madres blogueras y dedicadas a educar a sus hijos en casa han sido una palanca interesante para el crecimiento de Smartick en EEUU. Allí, la empresa española se ha encontrado con un perfil de lo más variado: desde familias muy religiosas que no quieren ir a un colegio laico normal a otras que se recorren el país durante todo el curso, como esta madre viajera con dos niñas http://vagabondingwithkids.com, además de otras con hijos con dificultades de aprendizaje que prefieren atenderlos y educarlos en casa.

La empresa española ha descubierto que las redes que comparten estas familias son muy activas, ya que se intentan ayudar con recomendaciones, consejos y ánimos cuando el buen humor flaquea, pues, como ellas reconocen, a veces se hace duro.

En Reino Unido, Smartick también se ha convertido en aliado de madres como http://alternativelifeplan.blogspot.com.es, que educa a dos hijos de espectro autista en casa desde hace dos años. O esta otra madre, con un niño autista: https://www.smartickmethod.com/blog/testimonials/our-students/helping-families-special-education-needs/

La fórmula de Smartick satisface por igual a padres que le dan esta dosis extra de matemáticas a sus hijos y, a la vez, como hemos visto en EEUU y en Reino Unido, a los que han decidido salirse del sistema reglado. A diferencia de otros métodos, Smartick se adapta, gracias a la inteligencia artificial, al nivel que necesita cada alumno, sin requerir esfuerzos por parte de los padres, como corregir cuadernos o llevarlos a una academia. Pueden comprobar el desarrollo de su hijo simplemente revisando en su correo qué tal ha hecho la sesión.

“Nos encanta ver que Smartick es a la vez tan seria y versátil (se necesita solo un ordenador o tableta y conexión a internet), que resulta atractiva lo mismo para padres preocupados por el rendimiento en matemáticas de sus hijos en el colegio, ya sea porque ven que pueden hacer más o para darle un refuerzo, que para otras familias mucho más alternativas, como estamos viendo en EEUU”, explica Javier Arroyo, cofundador de la compañía.

Innovar para favorecer un aprendizaje rico y eficaz. La solución a los problemas de la educación pendientes de la educación tradicional pasa por nuevos métodos que están transformando la manera de enseñar a través de la tecnología y el aprendizaje personalizado, y Smartick es prueba de ello, con 32.000 niños de 100 países que han pasado ya por el método.