Con una subida casi totalmente ajustada al mercado, éste ha seguido el tono de las comunicaciones en los minutos de la reunión del Banco, en lugar de la decisión sobre tipos en sí misma. El Banco adoptó un tono cauteloso con respecto al endurecimiento adicional de la política, y todos los miembros acordaron que las alzas futuras serían “ a un ritmo gradual y en una medida limitada”. Asimismo, señaló que sus pronósticos económicos se basaban sólo en dos aumentos futuros en los próximos tres años, lo que sería necesario para evitar que la economía funcione “demasiado caliente”. Este es un ritmo más lento de subidas de lo que el mercado había tenido en cuenta a la hora de fijar precios previos al anuncio de ayer.
El Banco expresó especial preocupación por la decisión de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea, alegando que el proceso del Brexit ya estaba teniendo un “impacto notable” en las perspectivas económicas. Bajó modestamente su previsión de crecimiento del PIB para este año a 1,6% desde el 1,7% en medio de “riesgos considerables” que aún persisten, incluso en torno a las negociaciones con la UE. Carney declaró explícitamente que el Brexit probablemente sería el mayor impulsor de los tipos de interés.
El mercado reaccionó negativamente a este tono moderado y a la posibilidad de que los tipos se mantuvieran en su nivel actual de 0,5% por un período de tiempo más prolongado de lo que inicialmente se anticipó. La libra se vendió casi un uno por ciento frente al euro, mientras que se estrelló por debajo del nivel de 1,31 frente al dólar estadounidense, borrando todas las ganancias de la semana previa.
Sobre el tema de la inflación, el gobernador Mark Carney reiteró que es probable que el crecimiento de los precios haya sobrepasado su objetivo el mes pasado. Hemos mencionado durante varios meses que el Banco de Inglaterra probablemente llegaría a un punto de inflexión a favor de un alza en caso de que la inflación en Reino Unido se acelerase hacia el nivel del 3%. La inflación general subió a un máximo de cinco años del 3% en septiembre y se espera que haya alcanzado un máximo de 3,2% en octubre. Carney dijo en su rueda de prensa que se necesitaría una eliminación de estímulo para bajar los precios al nivel objetivo del Banco del 2%, aunque esto no se prevé que ocurra hasta 2020.
El Banco de Inglaterra sigue siendo cauteloso respecto a los riesgos a la baja que plantea el Brexit y las comunicaciones de hoy sugieren que aún está un poco lejos de unirse a la Reserva Federal para participar en un ciclo completo de subidas. Nosotros pensamos que es posible otra subida más adelante, en 2018, aunque necesitaríamos ver una mejora notable en el crecimiento económico general, un repunte más sostenido en el mercado labora y datos que muestren que la inflación puede regresar al objetivo.
La perspectiva de otro período prolongado de tipos estables en Reino Unido podría representar un lastre para la libra en el corto plazo. Sin embargo, dado que el mercado todavía está cotizando en casi el peor escenario posible para las negociaciones del Brexit, creemos que aún hay espacio para ganancias de la libra a largo plazo contra la mayoría de las principales monedas. En nuestra opinión, esta apreciación será más rápida frente al euro, dado que el Banco Central Europeo aún está lejos de un alza en sus propios tipos.