Motor

Toyota Yaris hibrido 1.5 100 CV

Ahorrador urbano con posibilidades en autopista

Mariano García Viana | Domingo 10 de diciembre de 2017
Para nadie es un secreto que Toyota es la marca con más experiencia en fabricar modelos híbridos, fiables y para todos los segmentos del mercado, por eso no es de extrañar que el Yaris, su oferta como compacto urbano de tamaño contenido, adopte esta solución mecánica, más sostenible y ahorrativa.

Como decimos Toyota quiere popularizar aún más la tecnología híbrida y el Yaris puede ser su modelo ideal para conseguirlo, pues realmente es el modelo más barato de los híbridos y tiene un comportamiento más que bueno, pues siempre que no se quiera buscar unas reacciones rápidas y se conduzca tranquilo y aprovechando la transmisión eléctrica, el consumo es sorprendentemente bajo, pues apenas llega a los 3 litros y medios de gasolina. Otra cosa es que se quiera conducir con decisión, ya que entonces el motor de combustión funciona casi constantemente y aunque ayudado por el eléctrico, el consumo sube bastante más que las cifras mencionadas.

Y ya que hablamos de motores digamos que el Yaris monta un motor de gasolina de cuatro cilindros, ciclo Atkinson y de 1.497 c.c. que desarrolla una potencia de 75 CV y un par de 111 Nm entre 3.600 y 4.400 r.p.m., mientras que el motor eléctrico aporta 61 CV, lo que hace que la potencia disponible total sea de 101 CV y un par de 169 Nm. Potencia suficiente para mantener una buena media en carretera y desenvolverse con agilidad en ciudad, pero eso sí siempre que no estemos pendientes del consumo. Si queremos sacar partido al ahorro que supone disponer de un motor híbrido, tenemos que hacer las arrancadas suaves, aunque a la más mínima rampa el motor de gasolina entra en funcionamiento, seguir a punta de acelerador con suavidad y dejar que nos lleve la inercia en las bajadas para que el motor de combustión se mantenga apagado. Pero bueno, sin llegar a ambos extremos, con una conducción normal, arrancando normal, pisando el acelerador de forma moderada, frenando con tiempo, el Yaris se muestra ahorrativo y proporciona un alto grado de satisfacción a la hora de repostar. Es en el tráfico urbano donde se muestra más útil y donde cumple mejor sus objetivos tanto económicos como de eficiencia y de silencio que también es importante, circunstancia ésta condicionada a la presión que se ejerza en el acelerador, pue si se le pisa bien el motor suena mucho, como si estuviera al borde del corte de la inyección y ello es debido a que el cambio automático, denominado por la marca como e-CVT, permite que se entregue la potencia a un mismo régimen de revoluciones y parezca que vamos a tope, aunque no se ande mucho.

Ahora bien, sea como fuera, el Yaris es agradable de conducir, pues podemos decir que la suavidad es una de sus virtudes más significativas. Al apretar el botón de puesta en marcha, tendremos que fijarnos en el cuadro para apreciar que efectivamente se ha encendido ya que el silencio será su tarjeta de presentación y una vez puesto en circulación el tránsito entre el motor eléctrico y el de combustión no se notará en absoluto. La batería con acumulador de níquel-hidruro metálico se carga rápido con el propio motor de gasolina, en las retenciones y en las frenadas. Precisamente en la posición B del selector del cambio se consigue que el motor retenga más.

La dirección es igualmente suave en las maniobras de aparcamiento y lo suficientemente rápida como para mover el coche con fluidez entre el complicado tráfico urbano. Las suspensiones, con McPherson delante y barra estabilizadora y de rueda tirada detrás, están orientadas más bien hacia el confort, por lo que permiten cierto balanceo de la carrocería si circulamos por carreteras viradas, aunque ciertamente ese no es su terreno natural. Aunque las retenciones no sean muy significativas, a la hora de frenar el coche los frenos actual no decisión y sin signos de fatiga. Las prestaciones, no son muy elevadas, pero suficientes para un coche de su peso y su concepción utilitaria y urbana. La velocidad máxima se sitúa en los 165 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h en los 11,8 segundos.

Dejando ya el apartado mecánico y centrándonos en el diseño del Yaris digamos que ésta versión híbrida, como es lógico adopta el último restyling llevado a cabo en el resto de la gama Yaris, recibiendo el denominado por Toyota diseño “Jplayful”, que hace referencia a la cultura juvenil japonesa y de hecho el aspecto es realmente juvenil, sobre todo en su frontal. Éste está dominado por una especie de X que le recorre en su totalidad, desde lo faros al borde contrario del amplio paragolpes, casi hasta los antiniebla. Entre las aspas de esa X, en su parte superior se encuentra la estrecha parrilla presidida por el logo de Toyota y en su parte inferior, de mayores dimensiones, una gran entrada de aire de color negro, en la que incluye la siempre antiestética matrícula. En la vista lateral, aunque menos llamativa, tiene unas agraciadas proporciones, mostrando una línea ascendente hacia atrás, pues la ventanilla de la puerta delantera es notablemente más grande que la de la trasera. Las llantas de 16 pulgadas resultan atractivas gracias a su diseño original y al que sean bitono. En la parte trasera destacan sobremanera los grandes grupos ópticos que se prolongan lateralmente y el pequeño alerón que se sitúa en la parte superior de la amplia luneta y que contiene la tercera luz de freno. En resumidas cuentas un conjunto muy equilibrado y que, como hemos dicho, muestra en su frontal su signo más destacable.

El interior es más amplio de lo que parece y resulta agradable en su diseño general. Los asientos resultan cómodos y sujetan bastante bien en lo que a los delanteros se refiere, mientras que el trasero, que se puede abatir un 40/60, puede acoger hasta tres personas con cierto grado de comodidad, aunque lógicamente viajarían mejor dos. EL maletero, es quizás la parte menos brillante del diseño, pues su capacidad es de solo 286 litros. Por el contrario, el salpicadero es bastante original y hasta juvenil. El cuadro es más o menos convencional con los dos grandes indicadores para velocímetro y el cuentarevoluciones, separados por una pequeña pantalla que indica parte de las posibilidades de la pantalla multifunción. Ésta esta empotrada en el centro del salpicadero en un marco que se prolonga por el lado derecho de forma original, como son originales las dos salidas de aire redondas laterales.

Es de destacar también el equipamiento del Yaris, sobre todo el denominado Toyota Safety Sense, que incluye de serie el sistema de Seguridad Precolisión con frenado de emergencia, el Control Inteligente de luces de carretera, el avisador de Cambio Involuntario de Carril y el Reconocimiento de señales de tráfico. El mencionado Sistema de Seguridad Precolisión se vale de un láser montado en el frontal para supervisar la calzada por delante, avisa al conductor en caso de riesgo de colisión inminente y prepara los frenos para hacer posible un frenado de emergencia desde el momento en que se pise el pedal de freno. Si el conductor no responde al aviso, el sistema desencadena el Frenado de Emergencia para ralentizar el vehículo y reducir la gravedad de cualquier posible impacto.

El Yaris Hibrido es una estupenda alternativa para el que desee un coche urbano, con capacidad para hacer incluso viajes largos, pero que la ciudad es su terreno favorito para mostrar su capacidad de ahorro. Además le cabe el honor de ser el primer híbrido de su segmento y por lo tanto el más barato en su “especie”, una especie la híbrida, que sigue sumando para que Toyota siga siendo sobradamente la líder del mercado en ese sentido.


Noticias relacionadas