En el caso de Cataluña, y pese al enorme e injusto déficit de su balanza fiscal, la ausencia de una autonomía fiscal equiparable a la navarra o la vasca ha llevado al gobierno autonómico a crear en estos últimos años nuevos impuestos de todo tipo, lastrando gravemente su propia competitividad fiscal en comparación con el resto de comunidades. Ha sido un error inmenso e injustificable de los gobernantes catalanes, pero explicable por la asfixia de un régimen fiscal general obsoleto, que no satisface la realidad actual de muchas comunidades.
UC celebra que el lehendakari Urkullu haya propuesto la extensión del concierto económico vasco y navarro como referencia para la reforma de la financiación autonómica, ya inaplazable. La organización de contribuyentes considera que una gran parte de la crisis política que se vive en Cataluña habría podido solucionarse si esa comunidad hubiera dispuesto de competencias reales sobre los impuestos principales, y no solamente sobre el gasto. Así, no habría sido necesario inventar infinidad de tributos secundarios que han sido muy perjudiciales para la atracción y mantenimiento de actividad económica.
UC propone extender a todas las comunidades y ciudades autónomas de régimen fiscal común la misma lógica que ha permitido a Navarra y, sobre todo, al País Vasco, alcanzar una elevada competitividad fiscal. Si los políticos de un territorio se ven en la necesidad de competir fiscalmente con las comunidades vecinas, el resultado favorecerá la contención del gasto y la atracción fiscal de empresas y profesionales.
“Es injusto que la disparidad actual de realidades tributarias autonómicas no responda a una competencia razonable y leal, basada en reglas de juego iguales para todos, sino a un laberinto fiscal complejo y opaco”, ha señalado Juan Pina, presidente de UC, advirtiendo que “recentralizar a estas alturas la fiscalidad no sería realista, además de conllevar un incremento de la tendencia alcista de los impuestos”. “No es posible mantener ni un minuto más una situación en la que muchas comunidades autónomas, como es el caso de Cataluña, carecen de auténtica autonomía fiscal: los resultados están a la vista”, ha concluido.