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Deterioro en la competitividad de la industria electro-intensiva española

Martes 26 de diciembre de 2017
Las subastas de interrumpibilidad para 2018 han supuesto un recorte de la retribución anual del servicio de 152 millones de euros -30%, comparado con 2017- y que 11 fábricas queden excluidas.

Los resultados de las subastas del servicio de interrumpibilidad celebradas esta semana, hecho públicos ayer por Red Eléctrica, tendrán consecuencias negativas para las industrias electro-intensivas, claves para la economía nacional, exportadoras, generadoras de actividad y empleo y con fuerte tirón inversor. Los ingresos por la retribución de este servicio mitigan, en parte, el elevado precio eléctrico que sufren las industrias electro-intensivas en España, uno de los más caros de Europa, efecto exacerbado por no contar con las compensaciones y exenciones permitidas por la Comisión Europea que sí disfrutan las industrias tanto de Alemania como de Francia.

Para AEGE, el resultado de las subastas para 2018 supondrá un duro batacazo en la competitividad de estas industrias, con una pérdida de retribución anual de 152 millones de euros, 30% menos que la de 2017, de los que 86 millones corresponden a la reducción del precio medio del servicio y 66 millones a la reducción de potencia asignada. Con esta reducción de potencia, no previsible con una demanda creciente y con una insuficiente capacidad de interconexión con Francia, las fábricas proveedoras del servicio, que tienen todo preparado para prestarlo en 2018, se quedan sin contraprestación en 11 de ellas y, en el mejor de los casos, con una fuerte merma de su retribución.

Primero fue la reducción de un año a cinco meses del periodo de vigencia de la subasta (el periodo de entrega de los productos a subastar quedó reducido del 1 de enero al 31 de mayo de 2018), unido a la bajada en el precio de salida de las subastas en un 10%. Ayer se confirmó una reducción de la potencia subastada y un recorte del 20% en los precios medios asignados. Este resultado supondrá una pérdida de competitividad considerable para industrias que dan empleo a 186.000 personas, y al recorte se suma la incertidumbre que rodea al servicio a partir del 1 de junio, lo contrario de lo que necesita la industria, que es estabilidad y certidumbre.

La interrumpibilidad –un seguro del sistema eléctrico activo las 24 horas, los 365 días del año- es un servicio que la industria electro-intensiva presta al operador del sistema para garantizar la seguridad de suministro, más aún cuando la capacidad de interconexión con Francia no alcanza los mínimos establecidos por la Unión Europea. Además, con su patrón de consumo, la industria electro-intensiva favorece la integración de las energías renovables.

La industria española se ve castigada continuamente por el elevado precio de su mercado eléctrico, que cerrará 2017 con un precio medio de 52,5 €/MWh -el más alto de los últimos 9 años-, un 33% más alto que en 2016 y en torno al 50% mayor que el de Alemania, por ejemplo. Por otro lado, la situación para 2018 no es nada halagüeña con un precio del futuro eléctrico cotizando a 52,7 €/MWh muy alejado de los 38,2 €/MWh de Alemania y de los 44,0 €/MWh de Francia.

Ante este panorama, la industria electro-intensiva solicita medidas urgentes para lograr precios eléctricos similares a los de sus principales competidores europeos. AEGE confía en que el Gobierno, entendiendo la importancia de la industria electro-intensiva para el país, ponga en marcha sin demora medidas que puedan paliar esta situación y generen certidumbre, como la necesidad de aplicar antes de fin de año la compensación por costes adicionales derivados de la financiación del apoyo a la energía eléctrica procedente de fuentes renovables, prevista en los Presupuestos Generales del Estado de 2017 y que, a fecha de hoy, la industria electro-intensiva desconoce si dispondrá de dicha compensación.

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