Formación

La educación financiera en los centros escolares

Enrique Castelló.

OPINIÓN: Por Enrique Castelló, Consejero Académico en EUDE Business School

Martes 09 de enero de 2018
En relación con la educación financiera debe subrayarse que el futuro comienza en el aula de las escuelas desde temprana edad y que constituye un proceso de aprendizaje continuo durante el ciclo de vida del individuo.

La economía y las finanzas es un asunto que atañe a los distintos segmentos de la población y la incultura en estas materias acarrea graves consecuencias para las personas y el propio sistema económico. Resulta sorprendente lo alejados que están los estudiantes de 15 años de la realidad económica según el informe PISA de la OCDE. A nivel mundial, dos de cada tres personas se consideran analfabetos financieros.

Ante este escenario y dado que las finanzas forman parte de la vida diaria de las personas se considera que los niños y jóvenes son el público prioritario en los programas de educación financiera de los centros escolares para inculcar la cultura del ahorro, el manejo del dinero y valores como la prudencia, la responsabilidad y el esfuerzo.

La educación financiera debe llegar más allá de los colegios, cruzar las barreras escolares y llegar a la población en todas las etapas de su vida. Con unos conocimientos adquiridos desde la infancia, la sociedad podrá ir interiorizando nuevos conceptos y aplicaciones adaptados a su edad y necesidades. Por lo tanto, los estudios de posgrado son clave para profundizar en la economía financiera y hacer que los estudiantes sean capaces de gestionar las finanzas personales, un aspecto imprescindible para mantener una viabilidad financiera. Aquellos que cursan formación de posgrado lo hacen con el fin de especializarse y formarse constantemente siempre pendientes de las últimas tendencias. Y ésta también es la razón por la que debería impartirse en esta etapa educación financiera que esté siempre ligada a la actualidad y con conocimientos y prácticas actualizadas.

El Plan de Educación Financiera promovido por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores nace en 2008 con el objetivo de mejorar la cultura financiera de todos los ciudadanos a través de las entidades colaboradoras (las asociaciones bancarias y otras instituciones cuentan con profesionales especializados que participan en las tareas educativas como manifestación del compromiso social), en el contexto del sistema educativo. Asimismo, la propia Comisión Europea y diferentes países de la Unión Europea disponen de iniciativas interesantes en el ámbito de la educación financiera, ocupando un lugar prioritario de los organismos internacionales.

En la educación financiera, hace falta conciencia y compromiso. Es más fácil empezar con textos básicos y didácticos, para adquirir el vocabulario y los conceptos esenciales de forma ordenada. Los métodos innovadores de enseñanza (tecnología en el aula, desarrollo competencial, aprendizaje por proyectos, etc.) contribuyen a la calidad de la educación y el aprendizaje. El incentivar a los profesores, el motivar a los alumnos y la evaluación de los programas son factores esenciales.

Más allá de la educación financiera de los niños y jóvenes hay que capacitar a las familias para resolver asuntos de economía doméstica; formar financieramente a los emprendedores; facilitar a las personas mayores la gestión de su pensión… Se trata, de ayudar a los ciudadanos en sus decisiones corrientes de gasto, ahorro e inversión de forma clara, sencilla y práctica. Los formatos de enseñanza pueden ser: presencial, online (portales financieros educativos) y semipresencial mediante la utilización de métodos pedagógicos atractivos (talleres, videos educativos, juegos de simulación, concursos de premios, feria de educación financiera, seminarios).

Mirando al futuro se consideran como retos en el campo de la educación financiera los que a continuación se indican: el sentar las bases de la educación financiera con responsabilidad compartida (política integral basada en la colaboración pública y privada); penetración de la educación financiera en el currículum escolar; la cultura financiera y la ética; la protección del consumidor de productos financieros; las finanzas sostenibles o socialmente responsables; y la digitalización financiera.

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