Fue una cena inédita y solidaria, demostrando un principio –el de la solidaridad- que ha acompañado al grupo desde su nacimiento. En concreto, Borja y Juan Molina-Martell, Ramón Jiménez y Naoyuki Haginoya –propietarios de Nomo-, entregaron a Elena Barraquer de su propia fundación, y a David Nada (cap de servei Treball Social) de la Fundació del Hospital Sant Joan de Déu–entidades con las que ya trabajan habitualmente- un cheque por valor de 3.000€ a cada una, dinero recaudado por la venta del plato “Spicy tuna” en cada uno de los restaurantes (se destinaron 0,50€ de cada plato servido durante 2017). En febrero también se hará entrega de 1.500€ a Fundació Tramuntana (Palafurgell). “Un placer poder colaborar con entidades tan loables y hacer partícipe también a nuestra clientela, que se ha sumado a la causa”, comentaba Borja Molina-Martell, director general de la compañía.
La cena, celebrada en Nomo Sarrià -el nuevo local de Nomo, inaugurado en 2017-, también propició la presentación de nuevas líneas de elaboraciones, pruebas que se materializarán en nuevos platos durante este año, y que Haginoya quiso presentar primero a los clientes más fieles. “Esta cena es para aquellos que siempre han estado con nosotros en los restaurantes. No han podido venir todos pero sí una representación y a estos, en nombre de todos los fieles, es a quien quería enseñar en exclusiva algunas de las nuevas propuestas en las que estamos trabajando”.
Un aniversario con diez premisas y un futuro con novedades
Con la cena, el grupo quiso mostrar su lado más solidario –con la entrega de los cheques-, además de rendir homenaje a los clientes, “los que nos han hecho llegar hasta aquí”. Fue el acto de cierre de la celebración del aniversario, que ha pivotado sobre diez ejes centrales para Nomo - gastronomía, enología, sostenibilidad, originalidad, solidaridad, salud, diseño, interactividad 2.0, empleados y clientes-, diez conceptos que han regido la trayectoria de la casa “y que dan sentido a la experiencia que se disfruta en cada uno de nuestros restaurantes, lo que conforma el estilo de vida Nomo”, ha explicado Borja Molina-Martell.
Durante el año pasado, Nomo celebró catas y cenas de presentación de nuevos productos y platos; sesiones efímeras con platos emblemáticos del recorrido del restaurante; catas de vino con reputados sumilleres; visitas a productores locales con los que trabajan estrechamente desde el primer día; sesiones de deporte al aire libre para reivindicar la salubridad de su oferta; concursos gráficos para el diseño de los nuevos complementos del grupo, o incentivos y premios para sus empleados. Ahora, tras albergar “La cena de los clientes”, el aniversario de Nomo completa su agenda y encara 2018 “con más novedades y sorpresas que iremos desvelando. Los clientes nos empujan a ello”, sonreía en la fiesta el propietario.