Entre otros temas, los empresarios expresaron su inquietud sobre la incertidumbre política que lleva instalada muchos meses en la vida pública española, especialmente derivada de la situación política en Cataluña. A su juicio, esta situación está solapando otras importantes cuestiones que requerirían la atención del Gobierno y los legisladores, además de frenar importantes reformas estructurales que se necesitan para consolidar el crecimiento.
Asimismo, revistió gran interés el tratamiento fiscal que, como resultado de la reforma de la financiación autonómica, pueda derivarse para figuras impositivas como Sucesiones y Donaciones y Patrimonio, cuyo impacto resulta decisivo para asegurar la supervivencia de las empresas familiares. En concreto, los representantes de ADEFAM abogaron por la defensa de un modelo de bonificación o supresión como el vigente en la Comunidad de Madrid, que está funcionando bien y atrae a nuevo tejido productivo hasta la región.
Los empresarios familiares madrileños insistieron en la necesidad de dotarnos de marcos regulatorios estables, lo que implicaría pensar y consensuar el modelo de país que queremos para los próximos 20 ó 30 años. En ese contexto, fijaron como prioridades el logro de amplios acuerdos para reducir y optimizar el gasto público, pues el ingente esfuerzo financiero para financiar la deuda presiona sobre el modelo fiscal e impide deseables recortes de impuestos.
Entre las prioridades fijadas por los empresarios familiares de Madrid, figuraron también la necesidad de un pacto educativo, la reforma del sistema judicial, para dotarlo de mayor agilidad, la revisión de la legislación fiscal y laboral, para que fomente la creación de empresas y no frene su crecimiento y tamaño, y una política que fomente el desarrollo industrial en nuestro país.
Las empresas familiares constituyen uno de los activos más importantes de la economía española. Se estima que 1,1 millones de empresas son familiares en España, el 89% del total.
Además, sus especiales características, arraigadas en la visión compartida por una familia empresaria, convierten a este tipo de compañías en el mayor generador de empleo en España. Actualmente, crean el 67% del empleo privado, con un total de más de 6,58 millones de puestos de trabajo y son responsables del 57,1 % del PIB del sector privado.