La nueva generación de la Clase G se introducirá en su versión G 500 (consumo mixto de combustible: 11,1 l/100 km; emisiones de CO2 en el ciclo mixto: 263 g/km), que trabaja un potente motor de gasolina V8 de 4,0 litros. El nuevo grupo biturbo desarrolla 422 CV y ofrece un par máximo de 610 Nm entre las 2.000 y las 4.750 rpm. Esta versión contará con una amplia dotación de serie que en España se completa con algunos equipos adicionales como:
La nueva Clase G es 53 milímetros más larga y 121 milímetros más ancha. En el interior todas las plazas se benefician de este incremento. Además, los asientos de diseño ergonómico están disponibles en diferentes ejecuciones que mejoran el confort: función de memorias, calefacción, ventilación o función de masaje son algunas de las opciones disponibles. Y para los clientes más exigentes es posible incrementar la exclusividad del vehículo con equipos opcionales tales como el interior exclusivo Plus con cuero en el revestimiento interior de las puertas. La nueva Clase G puede afrontar con más solvencia que nunca la conducción fuera del asfalto. Al mismo tiempo la circulación en carretera es mucho más ágil, dinámica y confortable que en el antecesor. Esto se debe, entre otros, al bastidor de travesaños incorporado de serie, a los tres bloqueos de diferencial con una acción de bloqueo del 100% y a la desmultiplicación para todoterreno LOW RANGE.
El nuevo tren de rodaje ha nacido de la cooperación entre las empresas Mercedes-Benz G GmbH y Mercedes-AMG GmbH. El resultado es una suspensión independiente con eje delantero de trapecio articulado en combinación con un eje trasero rígido. La posición más alta de los ejes aporta una contribución decisiva a conseguir la mayor altura libre al suelo posible. Gracias a la suspensión independiente delantera, se ha podido aumentar la rigidez de la carrocería mediante una barra de torretas que, a modo de puente entre los montantes telescópicos de la suspensión, une las torretas delanteras. Este nuevo diesño permite que el engranaje del eje delantero de la Clase G disponga de 270 milímetros de altura libre sobre el suelo como aval de capacidad de avance y placer de conducción fuera del asfalto. Los valores característicos son muy elocuentes:
A diferencia del antecesor, en el eje trasero se monta un nuevo eje rígido con cuatro brazos longitudinales a cada lado y una barra Panhard. Esta construcción aumenta el confort al circular por carretera a velocidad de crucero. En terrenos sin pavimentar, una carrera de compresión y extensión de 82/142 milímetros detrás y una altura libre sobre el suelo de 241 milímetros en el engranaje del eje trasero aumentan la seguridad en situaciones extremas. El uso de materiales de ligeros en zonas específicas de la carrocería hace que la Clase G pese unos 170 kilogramos menos que el modelo antecesor. La receta es una nueva combinación de acero y aluminio de alta resistencia, de gran resistencia y ultrarresistente, así como procesos mejorados de producción en la planta austriaca de Magna Steyr. Pero la reducción de la masa no supone una disminución de la estabilidad. Más bien al contrario: la rigidez a la torsión del bastidor, la carrocería y los soportes de la carrocería ha aumentado incluso en un 55%, de 6.537 a 10.162 Nm/grado.