Tomar la decisión de pedir un préstamo requiere un tiempo de reflexión. Es conveniente explorar las distintas alternativas que ahora tenemos a nuestra disposición.
La bajada de los tipos de interés, que han llegado a ser negativos en algunos casos, ha llegado a debilitar la cuenta de resultados de muchos bancos tradicionales. El intento de éstos para lograr mantener sus beneficios a través del aumento de comisiones -algunos ya cobran hasta por hacer un ingreso en efectivo en sus oficinas- tampoco parece haber dado muchos resultados. Parte de este fenómeno se debe a la aparición en el mercado financiero de nuevos protagonistas, con nuevas prácticas, nuevos modelos de negocio y nuevas formas de interactuar con el cliente.
Se abren para el común de los mortales nuevas posibilidades de encontrar financiación gracias a la digitalización, que permite responder a las solicitudes de crédito de forma mucho rápida, sin desplazamientos ni papeleo y aportando unas garantías razonables. De todas formas, aunque ya no sea obligatorio que los padres y los suegros avalen con sus casas el préstamo que queramos pedir, en función de la cuantía y de las garantías que podamos ofrecer a las entidades, será más o menos difícil obtener la concesión del crédito. Siempre es necesario tener en cuenta estos consejos para no cometer errores que nos pueden salir muy caros.
Cuando necesitemos una cantidad relativamente reducida para un gasto inesperado, para hacer un regalo importante, para atender una emergencia repentina o, en general, para algo imprevisto y de un importe pequeño, pero que no podamos resolver con los fondos de que dispongamos en ese momento, es más fácil encontrar minicréditos como, por ejemplo, los que figuran en la comparativa de el portal minicreditosalinstante.com, ya que suelen tener requisitos más asequibles.
Ese portal es de gran ayuda para los consumidores al informar de las mejores ofertas de microcréditos disponibles en cada momento. Los créditos rápidos son la forma más sencilla de resolver las situaciones puntuales que comentábamos antes. Además, estas nuevas financieras online buscan activamente atraer a sus clientes con ofertas muy interesantes. Tanto es así que algunas ofrecen un primer crédito gratis, es decir sin intereses, para que el cliente pueda valorar su funcionamiento.
En muy poco tiempo hemos pasado de que pedir un crédito fuera un suplicio, ya que los bancos tradicionales nos ponían todo tipo de impedimentos, a una situación en la que los nuevos actores del mercado financiero, muy bien equipados tecnológicamente, con una intención real de atender al cliente y con todo su funcionamiento basado en la transformación digital del sector financiero compitan por facilitarnos financiación.
Pero no nos confundamos. Nadie nos va prestar dinero, aunque sea poco y a devolver en 30 días, si no demostramos un mínimo de seriedad. Estas nuevas entidades financieras pueden atendernos muy rápido, resolver todo el proceso por Internet, ordenar la transferencia del importe del crédito concedido a nuestra cuenta casi instantáneamente, pero necesitan que les demostremos nuestra capacidad de devolver el dinero prestado. Algunas conceden créditos incluso a personas que estén incluidas en uno o varios de los ficheros de morosos que hay, y de los que tan difícil es salir. Pero deberemos demostrarles nuestra capacidad real de pago aunque nuestros ingresos provengan de una pensión, de un piso que tengamos alquilado o de que estemos cobrando el paro. Es muy posible que no nos exijan ni una nómina y un contrato fijo pero sí algo que les indique que queremos y podemos devolver el dinero.