En 2018 se celebra el 45 aniversario de la publicación de La princesa prometida en inglés: es un momento idóneo para relanzar un clásico moderno para las nuevas generaciones de lectores. Se trata de un clásico indiscutible y los padres que leyeron el libro querrán regalarlo a sus hijos.
Se trata de una incorporación de lujo a la línea de narrativa juvenil clásica de Ático, en la que ya se encuentran autores como James Thurber o Kiran Millwood Hargrave.
El autor
William Goldman nació en 1931. Vive en Nueva York. Es novelista, dramaturgo y guionista, labor por la que ha recibido dos premios Oscar: al mejor guion original por Dos hombres y un destino y al mejor guion adaptado por Todos los hombres del presidente. Ha ganado también dos premios Edgar al mejor guion de película, concedidos por la asociación Mystery Writers of America, por Harper en 1967 y por Magic en 1979, este último adaptado de una novela que él mismo escribió en 1976.
Según el propio Goldman explica en sus memorias, Las aventuras de un guionista en Hollywood, empezó a escribir después de cursar una asignatura de escritura creativa en la universidad. Inicialmente no tenía intención de convertirse en guionista. Lo que más le interesaba era la poesía, el relato breve y la novela. William Goldman publicó cinco novelas y tres de sus obras de teatro se produjeron en Broadway antes de que empezara a escribir guiones. Hasta la muerte de su primer agente escribió casi exclusivamente narrativa literaria, pero a partir de entonces empezó a escribir thrillers, el primero de los cuales fue Marathon Man.
S. Morgenstern es a la vez un seudónimo y una herramienta narrativa inventada por Goldman para añadir un segundo nivel de lectura a su novela La princesa prometida. Goldman nos dice que su novela es una versión abreviada de un libro escrito por Morgenstern, un autor nacido en el igualmente ficticio país de Florin. El nombre es un homenaje a Johann Carl Simon Morgenstern, que acuñó el término Bildungsroman para describir el género de la historia de formación.