La investigación destaca por la amplitud del target objeto de estudio, ya que abarca a 15 millones de mujeres mayores de edad que residen en España y usan internet de forma regular; y la calidad de la muestra, ya que se ha entrevistado a 2.400 mujeres que son estadísticamente representativas del target de estudio y que han respondido usando la metodología CAWI.
Además la investigaciónes única por la amplitud de las facetas relacionadas con la vida de la mujer que se han considerado– pareja, hijos, trabajo remunerado, trabajo no remunerado, familia, amigos y tipo de entorno-y porque aplica técnicas multivariables que permiten llegar a conclusiones que van más allá de las respuestas conscientes que las encuestadas dieron a las preguntas del cuestionario.
Algunos de los datos que se desprenden del estudio son que, a pesar de que muchas mujeres ingresan menos que su pareja, ellas están soportando, de media, el 42% de los gastos familiares; con la llegada de hijos, las mujeres activas en el mercado laboral destinan casi tres horas más de media al día a tareas familiares, mientras que los hombres destinan menos de una hora más de media al día. En consecuencia, las madres absorben el 76% de las nuevas tareas familiares mientras que los padres se limitan al 24% restante.
Según explica la profesora de EAE y autora del estudio, Laura Sagnier, el hecho de convivir en pareja o vivir solas no las está liberando, en casa, de una sola hora al día de trabajo no remunerado. En ambas situaciones, las mujeres trabajan una media de 13 horas al día de las cuales de media 7,3 son remuneradas y 5,7 son no remuneradas (invertidas en las tareas de la casa y el cuidado y la educación de los hijos). En estas dos situaciones las mujeres trabajan alrededor de 11 horas al día más que cuando estaban en la etapa de “ningún frente” (sin pareja, sin hijos y sin trabajo remunerado”).
La situación de desequilibrio permanente y sostenido a la que muchas mujeres se enfrentan, año tras año, a diario, entre las horas que trabajan y las horas de las que disponen para ellas, sobre todo mientras alguno de sus hijos es pequeño, acaba suponiendo que una de cada cinco mujeres con experiencia laboral antepone su familia a su trabajo remunerado. De las que antepusieron la familia al trabajo, el 60% «abandonaron» totalmente el mercado laboral y el 40% pusieron algún tipo de “freno”.
Las necesidades de conciliar no son iguales para todas las mujeres que están activas en el mercado laboral. Durante los años en que las mujeres se encuentran en el nivel 5 de necesidad de conciliar (tienen algún hijo menor de edad), que es el que afecta a una mayor proporción de las que están activas en el mercado laboral (37%), las mujeres se sienten muy cansadas. En este nivel casi duplican su jornada y se produce un gap negativo de casi 5 horas entre las horas que trabajan y el tiempo que tienen para ellas en casa.
EL TRABAJO IDEAL
A medida que las mujeres van incorporando “frentes” a su vida, el «frente trabajo remunerado», el “frente pareja” y el «frente hijos», sus expectativas personales y profesionales cambian. Durante la franja de edad de 18 a 26 años, sobre una base de 100 puntos, con una puntación del 26%, el trabajo “ideal” es el que te diviertas haciendo el trabajo y el 21% que te permita compaginar trabajo con pareja y familia. En cambio, a partir de los 27 años, la cifra del desarrollo profesional disminuye a una puntuación del 12% y, a partir de los 40, se reduce al 11%, mientras que el hecho de poder «compaginar bien el trabajo remunerado con la vida familiar» se convierte en la cuestión más relevante (con una puntuación del 27%) en el teórico trabajo remunerado ideal de las mujeres.
Dado que en el trabajo ideal de la mujer es tan importante la conciliación, el grado de felicidad con el trabajo está estrechamente ligado a la facilidad para conciliar. Las «funcionarias» y las que tienen “trabajos creativos” son las mujeres que se sienten más felices con su trabajo remunerado y también de las que han declarado tener menores dificultades para compaginar bien su trabajo remunerado con su vida familiar.
El 60% de las «funcionarias» ha manifestado sentirse felices o muy felices con su trabajo remunerado y apenas el 19% se siente infeliz. Las siguientes más felices han resultado ser las «artesanas» o mujeres que realizan algún trabajo manual por cuenta propia (pintoras, fotógrafas, modistas, etc.). En este tipo de trabajos se da el menor número de mujeres infelices con su trabajo remunerado (apenas el 17%) y casi la mitad (el 49%) se sienten felices o muy felices.
En general, las mujeres demuestran poco entusiasmo por su trabajo remunerado. Para el 42% de las mujeres que están activas en el mercado laboral, su trabajo remunerado no parece aportarles nada más que dinero, ya que han manifestado que si no necesitaran el dinero para vivir no trabajarían. En cambio, un 18% sí seguirían activas en el mercado laboral, aunque no necesitaran el dinero para vivir, que contrasta con un 37% que afirma ser “fan” de los trabajos no renumerados derivados de la casa.“Es un dato sorprendente, sin embargo se comprende teniendo en cuenta que un alto porcentaje de mujeres no trabaja en el puesto para el que está cualificada”, afirma Laura Sagnier.
Conclusiones generales: