Este término ha irrumpido en la actualidad estadounidense, a través de la investigación que ha realizado un profesor español del IESE y de la Universidad de Navarra, José Azar, que junto a Ioanna Marinescu y Marshall I. Steinbaum acaban de publicar una investigación que muestra que la concentración empresarial estadounidense ha provocado que los sueldos se hayan estancado en las últimas décadas.
Y así llegamos al concepto de Gig Economy. Un Gig es según el argot del Jazz, un compromiso musical por el que se contratan músicos para actuaciones puntuales, por lo que la expresión de Gig Economy se asemejaría a la expresión Freelance Economy. En este sentido, las grandes corporaciones de tecnología han acumulado un enorme control sobre los mercados. Si bien convivir con grandes corporaciones nos aporta por un lado eficiencias importantes, parece que la Gig Economy es tan sólo una fase en nuestro desarrollo como sociedad. El futuro inmediato se dirige sin embargo hacia la era de los automóviles sin conductor, la automatización de los trabajos y su reemplazo por la inteligencia artificial. ¿Nos debemos empezar a preparar para un futuro cada vez con menos trabajo? No es que no haya o no vaya a haber trabajo en el futuro, es que las oportunidades en el mercado laboral se canalizan ya a través de nuevos modelos. Uno de ellos es la externalización de servicios a través de empresas especializadas en el denominado Business Process Outsourcing (BPO).
Por un lado, existen en el mercado colectivos de profesionales muy preparados, con amplia experiencia, que se han quedado sin empleo debido a la crisis y cuyas expectativas económicas y contractuales a la hora de incorporarse al mercado laboral, son más flexibles. Paralelamente, existen cada vez más empresas que ya no contratan en plantilla a profesionales especializados, prefiriendo la externalización de servicios a través de empresas especializadas en el denominado Business Process Outsourcing (BPO).
La demanda de servicios BPO alcanza en España a todos los sectores de actividad económica. Entendemos por BPO la subcontratación de una parte de los procesos de negocio a un proveedor de servicios especializado, lo que facilita a las empresas focalizarse en su core business y conseguir así importantes ventajas competitivas. La evolución del outsourcing comenzó desde tareas transaccionales hasta acabar con procesos de negocio completos de las diferentes funciones, como Recursos Humanos, Servicios Financieros, Administrativos, Contables, Atención al Cliente, Logística, Formación, IT, Compras, etc.
En cuanto a las razones principales por las cuales las empresas contratan servicios de BPO son muy variadas: reducción de costes, mejoría de la calidad del servicio, transformación del negocio, mayor facilidad de acceso a recursos y mejor alineamiento con el negocio. A estos tradicionales motivos, otros que están catalizando la externalización, especialmente por parte de los departamentos de Compras son: la necesidad de crear estructuras dinámicas, flexibles y adaptables a los cambiantes entornos de hoy en día en cuanto a las formas de hacer negocio y prestar servicios; una mejor planificación; la garantía de disponibilidad y gestión de recursos de todo tipo, incluidos los humanos y tecnológicos a un coste predecible; la mejora continua y la especialización del servicio, al contar la empresa que presta el servicio de BPO con profesionales muy formados, de los que no dispone la empresa cliente; financiar las inversiones e incrementar el control sobre la actividad; simplificar la gestión, flexibilizando la operativa, etc.
Dos de los Departamentos que más solicitan servicios BPO son el de Compras y el Financiero. Ante picos de trabajo, cambios legislativos, etapas de fusión, adquisición y/o transformación de la empresa, incluso ausencias prolongadas, las empresas concentran su departamento de Compras en áreas estratégicas y clave de la compañía, apoyándose en los BPO’s para incorporar “manos adicionales formadas” y sacar adelante el día a día, proyectos, etc. Según estimaciones de Ayming, han crecido un 30% en España las peticiones de servicios BPO por parte de los Departamentos de Compras. En el ámbito del Working Capital, lo que más externalizan las empresas es la Gestión de pedidos, facturación, cuentas por pagar y a cobrar, gestión de riesgos, de incidencias, Contabilidad, Inventario, Certificación de deuda pública, seguimiento y recuperación de las garantías, tareas de back office del departamento, Reporting, etc. La especialización es muy importante a la hora de elegir un proveedor de BPO, ya que para conseguir la eficiencia que necesitan los clientes han de convertirse en auténticos socios.
Si nos preguntamos qué valor puede tener un servicio BPO para Compras, el ahorro conseguido para los clientes es de alrededor del 23%. Es importante tener en cuenta que no todos los BPOs son susceptibles de traer ahorros. Sin embargo y como reflexión que incluye a los departamentos de Compras, sugeriría hacer un cálculo rápido sobre los recursos que ha de destinar la empresa para generar 1€ de EBIT en el topline (Marketing, descuentos comerciales, medios, equipo comercial, apoyo sell- out, estructura financiera, estructura over-heads,…) y cuánta inversión se requiere para obtener el mismo 1€ de EBIT por la parte de Compras (equipo humano & overheads).
Las empresas españolas han encontrado en la externalización de servicios el modelo a seguir para ser más competitivas. Se trata ya de un fenómeno imparable y positivo, para aquellos profesionales dispuestos a desarrollar todo su potencial en entornos cambiantes de negocio.