La utilización del MRF en los amortiguadores de la suspensión MagneRide del Mustang garantiza que el coche ofrezca una conducción suave. Los sensores registran las condiciones en carretera y los electroimanes controlan las partículas de hierro suspendidas en aceite dentro de los amortiguadores. El campo magnético se ajusta automáticamente 1.000 veces por segundo para alinear las partículas en cada uno de los amortiguadores, para que sean más firmes en giros bruscos o más suaves para permitir un desplazamiento más cómodo. “Los atletas compiten en condiciones extremadamente exigentes en las que resulta fundamental mantener el control. Del mismo modo, Magneride ayuda a los conductores de Mustang a reaccionar ante condiciones variables en tiempo real ofreciendo la respuesta exacta para cada situación”, asegura Joe Bakaj, vicepresidente de Desarrollo de Producto de Ford Europa.
El nuevo, estilizado, más veloz y más avanzado Ford Mustang cuenta con un diseño más atlético y está disponible con un motor V8 de 5.0 litros de 450 CV que puede alcanzar 0-100 km/h en 4.3 segundos.