Oportunidades que emergen tanto dentro como fuera de la región
A nivel nacional, la mayoría de los países están dominando la inflación, que cayó de una media de +10,7% en 2016 (en Brasil, México, Argentina, Colombia, Chile y Perú) a +7,4% en 2017 y debería continuar cayendo hasta alcanzar +6,1% este año. Esto respalda la recuperación del consumidor y permite la flexibilización de las políticas monetarias. La vuelta de la confianza y el mayor apetito por el riesgo ayudaron a aliviar las condiciones monetarias y financieras mediante menores diferenciales de crédito y un mejor rendimiento de los mercados bursátiles. Externamente, los precios más altos de las materias primas y la aceleración del comercio mundial han impulsado las exportaciones: México (35.600 millones de dólares) y Brasil (32.500 millones de dólares) registraron las mayores ganancias de exportación en 2017.
Las perspectivas externas también son positivas, ya que se espera que el comercio internacional continúe creciendo, +4,4% este año y +3,8% en 2019.
Sin embargo, se mantienen algunos riesgos:
- En Brasil, las perspectivas a medio plazo se ven comprometidas por una parada en los esfuerzos dedicados a las reformas estructurales.
- Argentina sigue siendo vulnerable a los riesgos mundiales con una inflación elevada y un creciente déficit por cuenta corriente (+4,8% del PIB).
- En México, a pesar de la aceleración del crecimiento estadounidense y una política reactiva del Banco Central, los flujos financieros, el peso y el comercio podrían verse afectados por las negociaciones del TLCAN y el resultado de las elecciones presidenciales de julio.
Mejoras de calificación
El crecimiento en Chile debería duplicarse en 2018 (+3,1% frente a +1,5% en 2017). La inversión, que había estado deprimida durante los últimos cuatro años, contribuyó positivamente al crecimiento en el cuarto trimestre de 2017. Los altos precios del cobre y la confianza empresarial, la más fuerte en cinco años, son un buen presagio para 2018, después de la elección del candidato pro empresarial y ex presidente Sebastián Piñera el pasado noviembre. Los primeros indicadores también predicen un repunte cíclico en 2018.
En cuanto a la financiación, el crecimiento del crédito se ha desacelerado a niveles moderados (a +2,8% en doce meses desde más de +7% en el primer trimestre de 2017). La posición externa es manejable ya que el déficit por cuenta corriente está completamente cubierto por las entradas netas de IED. La deuda pública es baja y el déficit público está controlado.
La transición política y la aceleración global volvieron a traer el crecimiento a Brasil: después de un débil +1% en 2017, pronosticamos que el PIB crecerá hasta alcanzar +2,5% en 2018 y +3% en 2019. Cinco sectores han mejorado su clasificación de riesgo: Transporte, Retail, Electrónica, Maquinaria y EquipamientoDoméstico. Además, Brasil registró su primer declive de las insolvencias empresariales a principios de 2018, después de seis años consecutivos de aumento (-1% a finales de febrero).
Sin embargo, el capital político sigue siendo demasiado limitado para aprobar políticas transformadoras. Finanzas públicas, proteccionismo -Brasil es el país con el mayor número de aranceles por encima del 10%- y la burocracia siguen pesando sobre los resultados económicos.
Fuente: Solunión