En términos absolutos, se han celebrado 2.458 contratos más que en el primer trimestre de 2017. A nivel regional, las comunidades que más contratos de formación realizaron fueron Canarias (4.221), Andalucía (2.891) y la Comunidad Valenciana (1840), seguidas por Extremadura (1104), Madrid (991) y Aragón (678).
“Las cifras registradas en este periodo son solo un anticipo de lo que está por venir. Habitualmente es el segundo trimestre del año en el que se produce un mayor incremento del número de contratos de formación, con la llegada del periodo estival. Si a ello le sumamos la nueva ayuda al trabajador con contrato de formación que se prevé poner en marcha en las próximas semanas, cabe esperar que la tendencia al alza se mantenga hasta mediados de julio y agosto como poco”, comenta Álvaro Déniz, Director Comercial de Audiolís.
Tal es la importancia que está adquiriendo el contrato de formación entre los jóvenes que el Ejecutivo le ha reservado una partida de 500 millones de euros en el anteproyecto de Ley para los PGE. El nuevo plan presupuestario incluye un complemento salarial para los jóvenes sin estudios que suscriban un contrato de formación, lo que permitirá a los beneficiarios del Sistema Nacional de Garantía Juvenil percibir una ayuda directa de 430€ durante un período de 18 meses, que se sumará al salario recibido por la empresa.
Además del Bono Formación, los PGE contemplan otra medida para impulsar la formación dual: una bonificación de 250 euros mensuales durante un plazo de 3 años para las empresas que transformen en indefinidos esos contratos de formación.
“Ambas medidas fomentarán la formación dual entre los jóvenes, permitiéndoles adquirir las habilidades profesionales demandadas por las empresas mientras trabajan y adquieren experiencia. De este modo, los trabajadores con contrato de formación, jóvenes desempleados sin estudios ni experiencia, percibirán unos ingresos mínimos de 1000 euros al mes, favoreciendo la inserción laboral y la profesionalización de uno de los colectivos con mayores problemas en el panorama laboral actual”, añade Álvaro Déniz, Director Comercial de Audiolís.
A comienzos de 2016 entraron en vigor diversos cambios que produjeronun descenso del número de contratos de formación. Por un lado, se modificó el proceso de tramitación del contrato, implantando la gestión por vía electrónica, lo que supuso al inicio una importante adaptación por parte de todos los actores implicados en dicho proceso, desde el propio Servicio Público de Empleo hasta los centros que imparten la actividad formativa. Por otro lado, otro de los cambios más importantes y más positivos fue el hecho de orientar la formación realizada por el trabajador a la obtención de un Certificado de Profesionalidad. Se trata de una titulación de carácter oficial que no solo tiene validez en el ámbito nacional sino también en toda la Unión Europea, y que será demandada para poder ejercer un gran número de ocupaciones en los próximos años.
Tras superar el proceso de adaptación inicial, el contrato de formación comienza a recuperar poco a poco el terreno perdido. Además, gracias a estos cambios, se ha reducido el uso fraudulento de esta modalidad contractual y se han incrementado las posibilidades de inserción laboral de los jóvenes una vez finalizado su contrato.
Cabe destacar también que las novedades introducidas en 2016 han permitido que el contrato de formación deje de ser un contrato temporal, por lo que, aunque se produzca un impulso a lo largo del período estival, el objetivo es fomentar la conversión a indefinido a través de un sistema de bonificaciones. Estas ayudas se sumarían a las ventajas que lleva implícita esta modalidad tanto para la empresa -donde destaca el ahorro en las cuotas a la Seguridad Social-como para el trabajador.
El contrato de formación nace con el objetivo de compaginar la formación con el trabajo efectivo, en el que se recibe un salario y se cotiza a la Seguridad Social, y así, frenar los efectos de la tasa de desempleo juvenil que, en la actualidad, se sitúa en un 35,5%, una cifra que supera en diecinueve puntos porcentuales la media de la eurozona.