Motor

Alfa Romeo Giulia 2.0 Super AT8

Inconfundible espíritu de la marca con 200 CV y motor se gasolina

Mariano García Viana | Domingo 20 de mayo de 2018
Hemos tenido la fortuna de probar hace unos meses la versión diésel del Giulia y francamente que nos resultó agradable y convincente, ahora no ha tocado probar el mismo coche, pero con el motor de gasolina y 200 CV, una conjunción que nos devuelve a la quintaesencia de la marca, la potencia, el repris y el olor a “bencina”, con permiso de la exclusiva versión Quadrifoglio de 510 CV, pero claro, eso es otro mundo.

Con sus casi 4,7 metros de largo, el Giulia se encuadra en lo que pudiéramos llamar coches medios altos y ya con cierta representación, digamos, por poner un ejemplo, entre la serie 3 y la 5 de BMW o entre el A4 y el A5/6. O sea un vehículo más bien compacto en sus formas y desde luego con un innegable aire deportivo. El motor que mueve esta versión de gasolina es un moderno todo aluminio, de 1.995 c.c., capaz de desarrollar 200 CV a 5.000 r.p.m. y con un par de 330 Nm a 1.750 r.p.m. Un motor que, como buen Alfa, tiene un precioso sonido, eso sí muy lejano, que de alguna forma recuerda a los aficionados al automóvil, ya algo “veteranos”, a aquellos motores atmosféricos que animaban a los antiguos Giulietta, con la diferencia principal y salvando las distancias, que el consumo medio del Giulia actual no llega a los 6 litros, a pesar de que sus prestaciones son más que interesantes, pues su velocidad máxima es de 230 km/h y su aceleración de 0 a 100 km/h de solo 6,6 segundos, como un verdadero deportivo compacto.

Desde luego utilizar esta mecánica es de lo más agradable. Desde muy bajas vueltas empieza a empujar con una fuerza verdaderamente reconfortante, pues no deja de subir de vueltas con rapidez hasta casi el corte de la inyección. La caja de cambios de ocho velocidades se combina perfectamente con el motor, al que no deja en ningún momento que caiga de vueltas, pues inmediatamente reduce a una velocidad inferior. Las relaciones son más bien cortas para así acompañar el talante deportivo del coche y se reserva la 8ª para mantener una velocidad alta de crucero a bajas revoluciones y por ende un consumo reducido. De todas formas, junto a la palanca selectora de velocidades, encontramos una rueda con tres posiciones, la N (Normal), que es la posición con la que normalmente circulemos y en la que los cambios de velocidades se realizan en función de la forma de conducir, la A (All weather) en la que prima la economía y los cambios se realizan antes de subir mucho de vueltas y así también se evitan posibles deslizamientos con suelo resbaladizo. Y por último la D (Dynamic), en la que el comportamiento de la caja de cambios es más dinámico y permite subir de revoluciones hasta casi las 6.000 vueltas. Además de la respuesta a los requerimientos del acelerador, en función de la posición elegida la dirección dispone de más o menos asistencia y la suspensión activa varía su intensidad de dureza.

El Giulia es la primera berlina de Alfa Romeo que emplea la tracción trasera desde el divertido Alfa 75 de 1985/92 y el resultado es un comportamiento ejemplar debido a su excelente chasis y su perfecto equilibrio de pesos entre los dos ejes. A pesar de ser muy efectivo en curvas lentas, no es nervioso en las rápidas. La impresión que transmite es que va muy bien asentado, que es ancho, que balancea poco y que puede —si así lo necesita el conductor— cambiar de trayectoria de forma casi instantánea. El coche desde luego va muy bien en todo tipo de vías, ya sea lentas o rápidas y la amortiguación, cumple su función a la perfección (que es atenuar el efecto de los movimientos bruscos de las ruedas) sin que resulte blanda, ni seca.

Creado por el Centro Stile Alfa Romeo, el diseño del Giulia confirma la mejor tradición italiana, combinando proporciones armónicas, linealidad estilística, materiales de alta calidad y sofisticados detalles en aluminio, madera y piel. El Giulia destaca por tener unos voladizos muy cortos, un capó y guardabarros delanteros largos, un habitáculo desplazado hacia atrás y asentado sobre las ruedas motrices traseras. Por ello, esto se traduce en una batalla muy generosa, la más larga de su categoría, pero contenida en una de las carrocerías más compactas que, gracias a sus formas redondeadas y unos montantes envolventes, crean un perfil con forma de gota de agua, que como dice la propia Alfa Romeo, evoca en cierta manera al Giulietta Sprint. El frontal es el típico de la marca con la calandra “trilobulada”, el elemento de estilo más famoso y reconocible de Alfa, que en este caso está acompañada en sus laterales por unos grupos ópticos, full xenón, estrechos y felinos y perfectamente integrados. El largo capó muestra unos suaves distintos niveles, como si estuvieran hechos para que el aire los acaricie. Y lo mismo podemos decir de las hendiduras laterales que recorren la carrocería desde el paso de rueda delantero hasta la manija de la puerta trasera. En la visión posterior, se puede observar que las líneas suaves siguen dominando el diseño y solo están “rotas” por los originales grupos ópticos a base de leds y en la parte inferior del paragolpes por las dos laterales salidas del escape.

El habitáculo del Giulia, sigue la misma tónica que el exterior, es elegante y sencillo (Quizás demasiado) sin estridencias, pero sumamente original y deportivo a la vez. Es bicolor y el salpicadero destaca porque es completamente asimétrico, es decir, una primaria visera discurre desde la parte superior de la redonda salida de aire del lateral izquierdo, descendiendo hasta la parte central de la salida derecha, cobijando el cuadro de mandos, la parte central de la consola e incluso el lado del acompañante. Independientemente del original diseño, hay que resaltar dos características de esta zona de control del coche. Una es que la mayoría de los controles principales, incluyendo el botón de arranque, se han incorporado en el volante de dirección y la otra que, al contrario de muchos coches actuales que disponen la pantalla multifunción de forma destacada y casi como un elemento “pegado” al diseño del salpicadero correspondiente, en el Giulia está completamente integrado y si está apagada pasa completamente desapercibida, pues presenta una superficie negra irregular, que al encenderse ofrece una pantalla táctil de nada menos que 8,8”. El cuadro está compuesto por dos grandes esferas digitales, para cuentavueltas y velocímetro, separados por otra pantalla que ofrece un sinfín de informaciones, en realidad todo se puede decir que es una gran pantalla.

Los asientos son muy confortables y sujetan bien el cuerpo y aunque el trasero el trasero está más diseñado para albergar a dos personas, por el espacio disponible pueden viajar tres perfectamente. Por su parte el maletero tiene una capacidad de 480 litros. El Giulia cuenta con sistemas de seguridad y ayuda a la conducción de última generación. Entre estos sistemas se puede señalar, el sistema de Aviso de Colisión Frontal (FCW) que utiliza un sensor de radar y una cámara montada en el parabrisas delantero para advertir al conductor de cualquier impacto inminente con otro vehículo o con un obstáculo en la misma trayectoria que el vehículo.. Si el conductor no interviene, el sistema de Freno de Emergencia Activo (AEB) con detección de peatones frena automáticamente para impedir la colisión o para reducir las consecuencias del impacto. Una novedad es el Sistema de frenos integrado (IBS), un verdadero preestreno a nivel mundial, pues utiliza el innovador sistema electromecánico IBS que combina el control de estabilidad y el servofreno. eE paquete de sistemas de asistencia a la conducción no estaría completo sin el Aviso de Abandono de Carril (LDW) que detecta cambios involuntarios de carril y el dispositivo de Control de Ángulo Muerto (BSM) que controla el área alrededor del coche utilizando sensores y ayuda al conductor durante los cambios de carril y al adelantar.


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