Las reclamaciones hipotecarias a la cabeza
De todas las reclamaciones, son las hipotecarias quienes se llevan la palma, con más del 80% de las mismas.
En este sentido, muy probablemente, ha jugado una importancia decisiva la Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (cuyas resoluciones son de obligado cumplimiento para los estados miembros), de 21 de diciembre de 2016, donde se corrigió el criterio aplicado por el Supremo a la hora de limitar las devoluciones a los afectados por cláusulas abusivas.
Así se explicaría, entre otros, que 2013 –el año en el que el Supremo limitó el importe de las devoluciones– fuese el año con menos solicitudes, y que 2017, después de la reconvención del TJUE, se batiera la marca.
Tarjetas, cuentas y depósitos
Otra fuente importante de conflictos judiciales son las comisiones asociadas a las tarjetas y a las cuentas bancarias –muchas veces absolutamente injustificadas y desproporcionadas–, así como las condiciones poco transparentes –por no decir enrevesadas— de algunos depósitos que, sin llegar al mismo nivel de las preferentes, sí que empiezan a darnos los primeros avisos.
Avales anulables
Aunque solo suponen el 0,21% del volumen de reclamaciones, suelen ser casos especialmente sensibles, pero que, afortunadamente, se pueden solucionar, sobre todo cuando al avalista no se le informa del riesgo con la debida transparencia, comprometiéndole a un grado de responsabilidad desorbitado.
Desde el despacho de Fonfria+Abogados advierten:
A la espera de que el gobierno perpetre la reforma de la Ley Hipotecaria, los nuevos hipotecados seguramente tendrán muchas más dificultades a la hora de poder reclamar, desde aquí recomendamos a todos los afectados que tramiten su reclamación cuanto antes.