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Genial despedida del Auditorio, que no de la buena música, de Fundación Excelentia

Ivo Pogorelich.
Sábado 26 de mayo de 2018
Culmina la temporada con Rachmaninov y Tchaikovsky y el pianista Ivo Pogorelich.

Broche de oro a la magnífica temporada 2017/18 de Fundación Excelentia que ha ofrecido una treintena de conciertos de todo tipo en media docena de escenarios, con orquestas, directores y solistas de altura. Y para despedirse del Auditorio Nacional de Música –aunque siguen los conciertos durante el mes de junio en otros ambientes– lo hace a lo grande. Nada menos que con el Concierto para piano y orquesta nº2 de Rachmaninov y la Sinfonía nº4 de Tchaikovsky, interpretados por la Orquesta Sinfónica de Galicia, el prestigioso pianista Ivo Pogorelich, uno de los más fascinantes de nuestros días, y la batuta de Dima Slobodeniouk. Será el 31 de mayo a las 19:30.

El segundo movimiento del Concierto para piano y orquesta nº2 de Rachmaninov, es uno de los espacios musicales más conocidos de la música. Pero todo él es uno de los mejores trabajos en el repertorio para piano, incluso en sus momentos más reservados. Sin embargo no fue compuesto por Sergei en su mejor momento, era 1900 cuando comenzó a componer esta imponente obra maestra de piano y había sido ridiculizado en la prensa por su Sinfonía número uno un par de años antes. Era la culminación de varios años de la vida de Rachmaninov que estuvieron cargados de profundas depresiones, composiciones abandonadas, ansiedad y dudas sobre su habilidad técnica, que le llevó a estar a punto de renunciar a componer por completo.

Probablemente no habría podido componer nada de no haber sido por la terapia Derren Brown que recibió de un hombre llamado Nikolai Dahl, a quien el concierto estaba dedicado. Gracias a su curso de hipnoterapia, Rachmaninov fue una vez más capaz de idear grandes melodías y partes de piano crujientes. El segundo concierto para piano fue el regreso de Rachmaninov y fue un gran éxito comercial. Justo lo que necesitaba.

Unidos por el destino

Fue Tchaikovsky, que protagoniza la segunda parte de este concierto, uno de los compositores que alentó al joven Rachmaninov y le dio el impulso vital que necesitaba para crear sus primeras obras. Cuando Segei tenía apenas cuatro años, Pyotr Ilyich Tchaikovsky comenzaba a componer su Cuarta Sinfonía, dedicado a su patrona y 'mejor amiga' Nadezhda von Meck, tras su matrimonio catastrófico con la ex estudiante Antonina Miliukova, que duró apenas dos meses. Después de salir de un período profundo de bloqueo de creación, luchar con su sexualidad y con una fuerte depresión, tal vez no sea sorprendente que la música sea urgente, sobrecargada y violenta en algunos puntos. Incluso los primeros compases del primer movimiento pretenden representar una metáfora del Destino, o, como dijo el propio Tchaikovsky: "el poder fatal que impide alcanzar el objetivo de la felicidad".

La Cuarta Sinfonía, aunque siguió a la tercera en tan solo tres años, está a mucha distancia de las primeras tres. Se fue la ingenuidad juvenil de Tchaikovsky, y en su lugar hay una visión profunda del insignificante lugar del hombre en un universo monstruoso. La obra choca contra los límites del desafío, la esperanza, la resignación y el triunfo, y es rítmicamente melódica. El destino, el adversario y torturador de toda la vida de Tchaikovsky, de repente tiene una voz, y se escucha en la explosión de trombones, cuernos y trompetas que abren la sinfonía. En voz alta, insistente, desprovisto de calidez, toda una nota, llama la atención total y regresa repetidamente a lo largo del primer movimiento para sofocar incluso el más breve e inocente pensamiento pasajero de la felicidad. Este movimiento es uno de los mejores de Tchaikovsky en términos de estructura musical e impacto emocional.

Este es el último concierto de la temporada en el Auditorio Nacional de Música, pero ya calientan motores para la próxima temporada repleta de novedades que se iniciará el 27 de septiembre y que cuenta con varios de los mejores solistas y directores del panorama internacional y en varios de los conciertos con la solvente Orquesta Clásica de Santa Cecilia (OCSC). El 27 de septiembre se rendirá homenaje a Tchaikovsky en su 125 aniversario, la OCSC dirigida por Paolo Bortolameolli interpretará Capricho italiano y Sinfonía núm 6 “Patética” de Tchaikovsky además del Concierto para violín y orquesta de Sibelius. El 10 octubre la misma orquesta pero dirigida por Kynan Johns tendrá como programa: R.Strauss: Don Juan, Op.20; Beethoven: Concierto para piano y orquesta núm 5 “Emperador” y Rachmaninov: Sinfonía núm 2. El 25 octubre, siempre a las 19:30h vuelve Beethoven con la Sinfonía núm 7, además de Elgar: Cockaigne, obertura y Dvorak: Concierto cello y orquesta. Ya en noviembre, el 29 de nuevo Beethoven con la Sinfonía número 9 “Coral” y el Te Deum Bruckner: Te Deum y el 22 de diciembre, el imprescindible en esta fechas Mesías de Händel. Acaba el año, pero no la música. En 2019 nuevas sorpresas y grandes intérpretes y orquestas. Se puede ver la programación completa en este enlace.

Festival de verano al aire libre

Antes incluso de dar comienzo al original Festival de verano en los Jardines del Palacete Duques de Pastrana de Madrid, Fundación Excelentia todavía guarda una nueva sorpresa, esta vez para celebrar el fin de la primavera, el comienzo del verano y la noche más corta del año, la de San Juan. En efecto, el 24 de junio, en el Teatro Real a las 18:00 horas habrá un programa de coros de Zarzuela y la espectacular Carmina Burana de C. Orff, con la Sociedad Coral Excelentia de Madrid, la Orquesta Clásica Santa Cecilia dirigida por Kynan Johns, y con Eugenia Enguita, como soprano y Borja Quiza, barítono.

Pero la buena música no acaba con la llegada del verano en Fundación Excelentia. Del 22 al 30 de junio tendrá lugar la II edición del Festival de Verano Excelentia 2018 al aire libre en los Jardines del Palacete Duques de Pastrana de Madrid, situado en Paseo de la Habana 208. Aforo para 1.400 personas. Un lugar privilegiado de Madrid, en un espacio idóneo de una zona residencial muy tranquila, para escuchar música clásica bajo las estrellas en pleno corazón de la capital. Un verdadero lujo.

En esta edición, el festival consta de seis conciertos que abarcarán desde la Novena Sinfonía de Beethoven, los Grandes Clásicos o un monográfico de Música Española con el Concierto de Aranjuez y Zarzuela, hasta conciertos de Bandas Sonoras de Cine para todo tipo de público. Y además, a la finalización de cada concierto, el público podrá “afinar” su paladar, disfrutando de un coctel en los Jardines del Palacete (Además de la entrada del concierto, se puede adquirir la entrada para el cóctel). Aforo del cóctel para 400 personas.

La Fundación Excelentia es una fundación privada sin ánimo de lucro que desarrolla sus actividades en el campo de la cultura. Nace para contribuir a la promoción del patrimonio lírico-musical e impulsar la creación y representación de las artes musicales en todas sus variedades adoptando y aunando las iniciativas necesarias para que se cultiven en libertad y perfeccionamiento permanentes. Son objetivos primordiales de la Fundación la difusión y divulgación de la música y el cultivo de nuevos valores musicales. Entre sus actividades fundamentales se encuentra la organización del Ciclo de Conciertos Excelentia que tiene lugar en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música de Madrid. Promocionando este ciclo la Fundación pretende acercar la música de calidad a todos los públicos con un amplio repertorio.

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