Miércoles 02 de marzo de 2016
Las Ayudas a Proyectos de Acción Social de la Fundación Caja Segovia y Bankia seleccionan el programa “Loyola” de deshabituación de drogas que se lleva a cabo en el centro penitenciario segoviano.
La Fundación Padre Garralda-Horizontes Abiertos ha sido una de las asociaciones elegidas por la Fundación Caja Segovia y Bankia para destinar sus “Ayudas a Proyectos de Acción Social” en Segovia, que suman un total de 50.000 euros. El proyecto abanderado por el Padre Garralda, que ha acudido personalmente a recoger el premio, ha sido seleccionado por su compromiso para mejorar la calidad de vida de las personas en riesgo de exclusión social.
La Fundación del Padre Garralda - Horizontes Abiertos, que se dedica a ayudar a los más desfavorecidos desde hace cuatro décadas, lleva a cabo en el Centro Penitenciario de Segovia el proyecto terapéutico “Loyola”, que ofrece a los internos ayuda para deshabituarse del consumo de drogas. El objetivo del programa es facilitar a los internos la posibilidad de abandonar el consumo de sustancias tóxicas como primer paso para la adquisición de destrezas que posibiliten una inserción social al término de la condena. El proyecto en la cárcel de Segovia está dirigido a hombres entre los 18 y los 30 años que se encuentran en una situación de clara adicción a una o más sustancias tóxicas, y a su vez muestran una disposición a la deshabituación a estas sustancias y una actitud positiva a formar parte del programa.
La entrega de las ayudas de Bankia y Fundación Caja Segovia se ha llevado a cabo en la sala Fundación Caja Segovia, a la que han acudido los representantes de las distintas asociaciones seleccionadas junto a la Fundación Padre Garralda – Horizontes Abiertos. El padre Garralda, que ha sentido la gala como “un enorme respaldo moral”, ha afirmado estar “agradecido por el reconocimiento y gratamente impresionado por las otras iniciativas premiadas que se llevan a cabo en distintos pueblos de Segovia”.
“Vivir para los que no tienen nada, y encima soportan el desprecio de la sociedad” es el lema del jesuita Jaime Garralda, comprometido en la labor dar esperanza, a través de la fundación que lleva su nombre, a las personas más marginadas de la sociedad, como los toxicómanos, los enfermos de SIDA, los presos, o los hijos menores de madres encarceladas.
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